Fútbol de sotana: Santificado sea el gol [Sport]

ARRANCA LA CLERICUS CUP, LA PRIMERA LIGA DE FÚTBOL DEL VATICANO.

Dieciséis equipos con jugadores de hasta 50 países iniciarán el torneo del estado más pequeño del mundo.


Con una superficie de tan sólo 0,439 kilómetros cuadrados y una población de apenas un millar de habitantes, el Vaticano pasa por ser el estado más pequeño del mundo. Pero a pesar de sus reducidas medidas y al escaso número de ciudadanos, el estado sobre el que se asienta la Santa Sede de la Iglesia Católica no ha renunciado a crear su propio campeonato futbolístico, la Clericus Cup, una competición con ciertas restricciones que se va a poner en marcha este próximo sábado, con el partido entre los brasileños de la Gregoriana y el Mater Ecclesiae, equipo compuesto principalmente por mexicanos.

Dieciséis conjuntos formados mayoritariamente por seminaristas, profesores y sacerdotes de cincuenta países iniciarán la primera Liga de once contra once en el Vaticano, que se jugará entre marzo y abril y tendrá su final en junio, en el estadio Olímpico de Roma. Hasta ahora, este minúsculo Estado contaba, desde 1972, con una competición de fútbol sala, pero nunca había albergado un torneo de fútbol ‘grande’. Sin embargo, la afición que el cardenal salesiano Tarcisio Bertone –secretario de Estado del Vaticano y número dos de la jerarquía de la Iglesia Católica a nivel mundial– tiene por el fútbol ha llevado a la creación de este ambicioso proyecto deportivo.

La Clericus Cup arranca como un torneo sólido y con la ambición de presentar un fútbol de alto nivel, ya que muchos seminaristas que estudian en Roma provienen de países con gran tradición futbolística, como Brasil o Argentina. “Queremos mostrar un buen fútbol, que se juegue de acuerdo a las reglas y que sirva para que los párrocos se hagan un sitio en un lugar donde se reúnen los jóvenes”, señaló en la presentación de la Clericus Cup Edio Costantini, del Centro Italiano de Deporte, el organismo que se encarga de llevar a cabo el torneo.

La competición contará con ciertas particularidades. Los partidos tendrán una duración de 60 minutos en lugar de los 90 habituales y no se podrá jugar los domingos, ‘Día del Señor’. Asimismo, se contemplan otras reglas más severas, como la prohibición de blasfemar (el infractor será expulsado de forma inmediata) y el castigo inmediato por cometer una falta. En este sentido, el jugador sancionado verá una tarjeta azul, que le llevará al banquillo durante cinco minutos, tras los cuales, después de reflexionar sobre lo ocurrido, podrá regresar al terreno de juego.

A modo de Credo, Edio Costantini explica la razón de ser de esta peculiar Clericus Cup. “Queremos aumentar la conciencia de los actuales y futuros líderes de parroquias y comunidades eclesiásticas de la importancia educativa y pastoral del deporte”. Una declaración de intenciones que viene como anillo al dedo tras los recientes incidentes que costaron la vida a un policía en Catania.


Josep Coves
SPORT, 23 de febrero de 2007