Campamentos

En el periódico donostiarra “LA VOZ”, actualmente desaparecido, en su página 5 del martes 26 de febrero de 1985, encontramos lo siguiente al respecto de los campamentos: “La educación y formación de los más jóvenes preocupa a todos los padres. Es un tema muy difícil de ser tratado. Un grupo de padres perteneciente a la parroquia de María Auxiliadora parece que ha encontrado una buena fórmula. En el barrio tienen un club en el que realizan actividades diversas con los chavales. Por si fuera poco, llevan siete años organizando campamentos de verano muy económicos. Para conseguir abaratar los costes están todo el año trabajando de muy diversas formas. Una labor a tener en cuenta y a imitar. [...]

La Parroquia María Auxiliadora, en colaboración con el Colegio del mismo nombre y un grupo de padres de familia del barrio donostiarra de Intxaurrondo llevan trabajando varios años en la realización de distintas actividades con los niños del barrio. Tal vez, la actividad que tiene mejor acogida, tanto por los chavales como por los mayores, sea el campamento de verano. La iniciativa remonta al año 1978. Un grupo de jóvenes con ganas de tener contacto con la naturaleza, planearon un campamento para los meses de verano. Para ello aprovecharon un antiguo seminario de los padres salesianos situado en Zuazo de Cuartango (Araba). Pero aquí se planteaba un serio problema, el viejo seminario estaba deshabitado, semi-derruido, y cada año que llegaban las vacaciones y el campamento, tenían que realizar grandes limpiezas y obras de adecuación de la casa. Tanto esfuerzo para unos meses no era rentable. Ante esta situación empezaron a buscar un sitio. En Torrecilla en Cameros (La Rioja) encontraron el lugar apropiado. El campamento se encuentra a dos kilómetros del pueblo, posee un buen terreno, con algunos árboles y una gran poza. Instalaron tres grandes naves, una para los chicos, otra para las chicas y otra dedicada a cocina. Además hay tres tiendas pequeñas, una dedicada a enfermería, otra para guardar todos los juegos y una tercera donde duermen los cocineros, que habitualmente son padres de algún chaval que participa en el campamento. Algo que no se les escapó fue la construcción de duchas al aire libre y letrinas. Pero para este verano hay nuevos proyectos, hacer fregaderas, unos servicios y duchas cubiertas. Unas buenas condiciones higiénicas.
 

Mucha dedicación

Llevar a cabo todos los años este campamento requiere mucha dedicación. Padres y monitores están prácticamente todo el año creando alicientes y actividades de diversión, y realizando todo tipo de trabajos para conseguir dinero para que el campamento pueda resultar económico. Comenta una madre “el lema que tenemos es que nadie puede quedarse sin ir al campamento por cuestión económica”. Durante la primera semana de noviembre llevaron a cabo un mercadillo de invierno, en el cual vendieron todo tipo de productos a precios muy económicos. Todas las cosas que venden son donaciones, tanto por parte de los comercios de la ciudad, como de los vecinos. Sacan provecho de cualquier cosa, adornos, plantas... También acostumbran a comprar telas en épocas de saldos, las mujeres cosen y hacen delantales, bolsas de pan...

Por otro lado, los hombres y algunos jóvenes del barrio también están movilizados haciendo objetos de madera, desde mesas camillas y sillas hasta pequeños adornos. Próximamente, el 3 de mayo organizan un nuevo mercadillo. Permanecerá abierto diez días y el horario de cinco de la tarde hasta las ocho y media. Todas aquellas personas o comercios que tengan “cosas” sobrantes pueden colaborar con donaciones. Pero no sólo con los mercadillos sacan dinero, recientemente, en carnavales, organizaron una cena popular, y pronto, el 24 de mayo, día de María Auxiliadora, otra; y el 2 de junio un cross infantil y una romería. Todos los beneficios que obtienen están destinados a abaratar el coste de los campamentos del verano.

El Campamento

Al campamento acuden chavales de edades comprendidas entre los diez y los catorce años. Las dos primeras semanas van los más pequeños y en la segunda quincena los mayores. Dos semanas viviendo en contacto con la naturaleza, donde los objetivos son la diversión, la convivencia, la comunicación y el compañerismo. Dos semanas que saben a poco. Comenta un monitor, “es una experiencia muy positiva para los chavales, después de pasar dos semanas conviviendo con otros jóvenes, suele cambiarles el carácter. Niños introvertidos se vuelven extrovertidos, se sueltan”. “Además, es aquí –añade otro- donde verdaderamente se muestran como son. No están condicionados por la estructura social donde habitualmente están inmersos. Tal vez yo sea exagerado, pero es algo fabuloso”. Y muestra de ello es que los niños que van un año vuelven al siguiente. Durante los quince días que dura el campamento, en ningún momento están ociosos. Se cubren todo tipo de actividades, excursiones, entre la que destaca la habitual a la Laguna Negra (Soria), juegos de balón, verbenas, hogueras, expresión corporal, celebran días en honor al sol, a la luna, al agua, día de limpieza... Por lo que se ha visto, mucha variedad y mejor ambiente. Una vez finalizado el campamento infantil, son los padres los que van a Torrecilla en Cameros durante una semana.

A través de esta semana se pretende llevar a cabo la convivencia entre todos los matrimonios. Comenta una colaboradora y madre “yo sólo quiero decir que son experiencias muy enriquecedoras”. La Diputación Foral de Gipuzkoa celebrará oficialmente el “zuhaitz eguna” el día dos de marzo. Para conmemorar este día se llevará un acto simbólico en Laurgain, en Aia, en el que se plantarán 200 ejemplares de castaños. Paralelamente a esta celebración han donado a la Parroquia María Auxiliadora de Intxaurrondo, 40 ejemplares de castaño para plantar en Torrecilla en Cameros.