CARTAS AL DIRECTOR: Como pez en el agua [Julio Higelmo]

¡Visitar Valencia! ¡Poder conocer l’oceanografic de Valencia aunque sólo sea por encima! ¡Estar con más de 125 jóvenes que trabajan en oratorios y centros juveniles! Hablar con ellos y compartir experiencias y complicidades. Cenar a la luna de Valencia el sábado noche. Visitar la zona de ambiente y copas después de haber vacilado un poco a alguna que otra pareja de novios despistados y en busca de los invitados… Y, terminar la noche visitando las zonas de ambiente del propio Godelleta. Porque las tenía... ¡Qué gozada! ¡Qué ambientazo! Sólo por eso ya merecería la pena el haber ido durante este puente del Pilar a Valencia…


Tal vez estéis acostumbrados a leer artículos que empiezan así... Y por eso no he podido menos que plagiar tan recurrentes expresiones… Pues ¿qué queréis que os diga? ¿Que es verdad? Pues va a ser que sí. Todo lo dicho arriba es rigurosamente cierto. Desde luego un diez tanto a los organizadores como al grupo que durante todos estos días ha trabajado para que nos sintamos a gusto  en el CONGRESO DE ORATORIOS Y CENTROS JUVENILES. ¡Ah! ¡Me parece que se me había olvidado comentarlo! El objetivo del encuentro no era otro que reflexionar sobre nuestro trabajo en los oratorios y centros juveniles. ¡Qué fallo! ¡Casi se me olvida! Con tanto rollito...

Una vez dicho lo anterior, os quisiera comentar quienes hemos ido, y qué hemos sacado en limpio de este congreso. Pues con el tiempo más que justo (como siempre a punto de perder el autobús -gracias Alfonso por retener con tu cuerpo el bilmanbús mientras el chofer mutaba de un amable conductor a mister terrible-) subimos al bus que nos llevó a Valencia Patricia, Iban y Julio de Jóvenes 88 Gazteak, Vanesa de Atalaya, y el ya mencionado Alfonso como ponente de la campaña de prevención de la confederación. Una vez en Valencia y sin traje de bonito (imprescindible para hacer juego con el l’oceanografic) aunque lo pidiera el protocolo del momento, nos dieron la bienvenida. Impresionante el lugar, pero la temática amenazaba todo con ser una txapa indecente.

Pero no fue así. Ni mucho menos. El tema del congreso era sobre cómo establecer redes con el barrio, la iglesia local, los ayuntamientos, otras organizaciones sociales, y medios de comunicación. Pero la ponencia marco me sorprendió muy positivamente. No se habló de planes, ni de estrategias… Ni siquiera de federaciones y confederaciones. Casi ni se habló de los oratorios y centros juveniles… Pues entonces, ¿de qué demonios se habló? Ni más ni menos que de las personas que están en los oratorios y centros juveniles. Se habló de los monitores, de su necesidad de formación, de las inquietudes que tienen, de cómo se entiende hoy el compromiso del voluntariado, de nuestra vocación de cristianos, del valor de lo importante frente a lo urgente, de nuestra apuesta por un voluntariado de fuerte compromiso vital frente a otras ofertas de un voluntariado light o a tiempo parcial. En el fondo, de una vuelta a los orígenes. Chapeau! Los proyectos no fundamentados en la realidad cotidiana pierden el sentido, quedan vacíos. La persona se puede perder en planes fantásticos mientras el motivo por el que somos voluntarios se va alejando poco a poco de nuestros quehaceres diarios. Más de una asociación se confesó en revisión de sus estructuras buscando su identidad original. Me impresionó cómo el mensaje calaba en algunas asociaciones. Volver a nuestras raíces, volver a Don Bosco, volver al espíritu del primer oratorio. Algo sencillo. Algo profundo. Algo muy actual.

Del resto de ponencias y charlas me quedo con la que presentaron los de León sobre el Acompañamiento en las asociaciones. Muy interesante y práctica. (Y que espero no se quede en papel mojado. Al menos en Barakaldo).

Y ¿lo demás del congreso? Pues va a ser que para otro artículo o mejor aún, podemos quedar un día a tomar un café o cualquier otra cosa y a la luna de Baraka os comentaré los planes y las experiencias de relaciones con otras estructuras que, aunque interesantes, comparados con lo que supuso el resto, poco me parece.

Cuidado pues con las redes, que aunque fantásticas, pueden enredarnos y ahogarnos en el mar…


Julio Higelmo
BARAKALDO (Bizkaia), 24 de octubre de 2006