Soldando paz (BBC)

En una bodega de techos altos ubicada en las afueras de Phnom Penh, la capital de Camboya, un grupo de estudiantes de arte se inclinan sobre mesas en las que golpean, soldan y dan forma a metales retorcidos.

 
No es metal viejo lo que modelan, sino pedazos de armas decomisadas, gatillos y cañones de pistolas y culatas de ametralladoras, que en manos de estos jóvenes creadores se han convertido en obras de arte.

El taller está repleto de hermosas esculturas: el esqueleto de un hombre con una granada de mano como cabeza o un elefante cuyo tronco está hecho de un fusil AK47.

También hay un pavo real con una enorme cola de tiras metálicas.

El Proyecto de Arte y Paz de Camboya fue creado en noviembre de 2003 por Neil Wilford, un especialista independiente en armas que trabajaba para la Unión Europea, y la artista británica Sasha Constable, tatara tatara nieta del célebre pintor inglés John Constable.

Los estudiantes que trabajan en el plan fueron seleccionados en la escuela de Bellas Artes de la Universidad Real de Phnom Penh y nunca habían trabajado con metal.

"Ha sido fenomenal", asegura Constable. "Comenzamos a usar armas en enero y aprendieron las técnicas con mucha rapidez. Hoy ya saben soldar con mucha eficacia".

Sus esculturas han sido expuestas a lo largo de Camboya y coleccionistas extranjeros han comprado algunas piezas.

Llamas de paz

Desde 1999, más de 100.000 armas pequeñas y minas han sido entregadas a las autoridades en el marco de un plan de decomiso, pero todavía hay mucho armamento en circulación.

Tanto funcionarios del gobierno como algunas organizaciones no gubernamentales recorren el país invitando a la gente a entregar sus armas.

Las que se reciben son quemadas en una ceremonia especial llamada "llamas de paz", que cumple una doble función simbólica y práctica, pues el calor las vuelve inútiles como herramientas de guerra.

Pero sus restos tienen ahora otro destino, que según cuenta Sasha Constable, tampoco es fácil.

"Es un material muy desgastador. Cuando trabajas con él no puedes dejar de pensar cuántas vida ha afectado la máquina que tienes en las manos", asegura.

Y ése es el punto. Las esculturas del Proyecto de Arte y Paz de Camboya son arte político, reliquias de un pasado violento transformadas en una expresión de esperanza de un futuro más pacífico.

Rachel Harvey
BBC, 31 de diciembre de 2004