La joya africana (LA VANGUARDIA)

Francia vive un momento difícil en Costa de Marfil, después de que el sábado fuerzas gubernamentales bombardearan una base militar francesa en el norte del país, zona controlada por los rebeldes, acción en la que murieron nueve franceses y un norteamericano. La inmediata respuesta militar de París, aunque contenida, corre el riesgo de desencadenar una tragedia para los 15.000 franceses que viven en ese país africano de la costa atlántica.

Costa del Marfil, primer productor de cacao del mundo, es la joya del antiguo imperio colonial francés, una pieza clave en la estratégica región del África occidental. Francia ha permanecido en ese país desde su independencia, en 1960. En el 2002 estalló una guerra civil, básicamente por el dominio de los cacaotales del norte, guerra que finalizó con un acuerdo en Marcoussis (Francia) en enero del 2003, que sancionó al presidente Laurent Gbagbo, un personaje mal visto en París, a la cabeza de un gobierno abierto a los rebeldes.

Aquel pacto muy pronto demostró su fragilidad, y aunque hubo acuerdos para un desarme, todo ha quedado en nada después de que los rebeldes del norte han vuelto a la guerra tras acusar a Gbagbo de no cumplir lo acordado. Las Naciones Unidas han condenado al Gobierno de Abidján por su acción contra las tropas francesas, y la Unión Europea le ha conminado a poner fin a la violencia. París, mientras, ha reforzado su presencia militar, que se eleva a 4.000 soldados, con otros 700, y permanece a la expectativa de la acción diplomática del presidente sudafricano, Thabo Mbeki, comisionado por la Unión Africana. Entre tanto, los franceses de Costa de Marfil viven con el corazón en un puño.

LA VANGUARDIA, 8 de noviembre de 2004