"Las tarifas que pagamos no guardan ninguna relación con su precio real", afirma Ignacio Escolar, periodista especializado en Nuevas Tecnologías.
El periodista especializado en Nuevas Tecnologías Ignacio Escolar alerta en un artículo publicado en Canalpda.com sobre el desproporcionado precio que tienen los mensajes cortos a través del móvil, más conocidos como SMS. "Las tarifas que pagamos no guardan ninguna relación con su precio real", afirma Escolar. A pesar de que una llamada de un minuto y un mensaje corto tienen un precio similar, los SMS "sólo suponen un máximo de 170 bytes por mensaje, un tamaño ridículo al lado de lo que ocupa una conversación de 60 segundos en audio digital con calidad telefónica".
Este experto señala que los operadores están aprovechando la percepción que tienen los consumidores sobre las tarifas según los viejos parámetros, es decir, cuanto más tiempo y más lejos, más caro. "No hay diferencia de precios entre conectarse con el servidor de la esquina y visitar una página alojada en Japón, ni tampoco lo hay en gastar el ancho de banda con el correo electrónico o con un videojuego online". Lo único que importa –afirma- es el tamaño de los datos que se mueven y su velocidad. "Pero los operadores telefónicos, pese a la supuesta competencia, no fijan sus tarifas en relación a sus costes: sólo dependen del máximo beneficio, de cuánto esté dispuesto a pagar el consumidor".
Máximo beneficio
Para descubrir hasta que punto el mensaje corto es un negocio redondo, Escolar realiza una sencilla cuenta: "En un megabyte caben aproximadamente 6.000 mensajes cortos. Es decir, los operadores móviles, con las tarifas actuales de SMS (0,15 euros más IVA por mensaje), ganan 900 euros con cada megabyte de mensajes cortos que mueven por sus redes".
El periodista recuerda que recientemente asociaciones de consumidores de España y Francia denunciaron que los precios de este servicio son idénticos en las compañías de telefonía móvil que operan en ambos países a pesar de los amplísimos márgenes de beneficio. Por ello, sospechan de que existe algún tipo de acuerdo para fijar los precios de forma artificial.
Ocurre lo mismo con los mensajes multimedia (MMS). "Los precios de este servicio en España son los mismos -0,60 euros por mensaje- sin importar el operador. Todos menos Amena -que no lo detalla- fijan su tamaño máximo en 30 kilobytes, por lo que el precio del megabyte de datos en este caso alcanza los 20 euros", lo que contrasta con los 900 euros por megabyte que cuestan los mensajes cortos.
GPRS y UMTS
Escolar hace mención especial en su artículo a las ofertas GPRS y UMTS, "que oscilan entre 1 y 3 euros por mega, dependiendo del operador y del plan de precios: cuanto más grande es el bono contratado, más económico resulta cada megabyte". Indica que estos precios no cuadran cuando se cruza el consumo de ancho de banda de los datos con el de las conversaciones telefónicas. En este sentido, hace una matización: "Es cierto que aún no es lo mismo, los datos viajan mediante el protocolo IP que, en el caso de la voz, produce retrasos. Las actuales redes de telefonía móvil no mezclan el tráfico de datos con el de voz, por lo que no son comparables los costes de uno y otro servicio".
El periodista subraya que, en las antiguas redes de telecomunicaciones, el precio del SMS y los datos no son comparables porque el coste de las infraestructuras no era igual. "Las tarifas se fijaron como elemento disuasorio en función del máximo servicio que la red era capaz de soportar al mismo tiempo. En caso de que todos los usuarios intentasen disfrutar al mismo tiempo de esa infraestructura, se produciría un colapso. Por esa razón el precio de las llamadas telefónicas son más baratas fuera de la hora punta".
Escolar opina que la única razón para mantener la anterior política de precios es la rentabilidad: disminuyen los costes pero esa rebaja no llega al consumidor, sino que aumenta el margen empresarial. "Es la misma táctica que tan bien conocen los automovilistas, que ven como cada subida en el precio del petróleo se registra casi inmediatamente en las gasolineras mientras las bajadas rara vez se notan".
Consumer.es, 25 de mayo de 2004