Desarrollan un marcapasos que evita que los obesos coman demasiado (EL MUNDO)

El 53,5% de la población presenta sobrepeso y un 14,5% puede considerarse obeso. Imagínese un diminuto y sofisticado aparato capaz de regular la sensación de saciedad de una persona, de manera que con sólo dos manzanas un comilón empedernido se sienta como si se hubiera zampado un fastuoso banquete. ¿Le suena a ciencia ficción? Pues ese dispositivo existe. Se llama estimulador gástrico y es un invento italiano que puede revolucionar el tratamiento de la obesidad. En estos momentos se está ensayando en 350 personas con problemas graves de sobrepeso, incluidos 30 pacientes del Hospital de Vicenza, en el norte de Italia. «Se trata de un dispositivo que puede resultar muy eficaz en los llamamos grandes obesos, aquellas personas que tiene un sobrepeso superior a los 40 kilos», cuenta el doctor Franco Favretti. El doctor Favretti dirige del departamento de cirugía del Hospital de Vicenza y un reputado experto en obesidad. «Desde luego, eso es lo que esperamos poder demostrar con este estudio clínico que, si sale como esperamos, permitirá la comercializacion en Estados Unidos del estimulador gástrico». Impulsos eléctricos El aparato funciona como una especie de marcapasos. Consta de un pequeño dispositivo, de 55 gramos de peso y del tamaño de una caja de cerillas, que se le inserta al paciente bajo la piel del abdomen y que regula los pequeños impulsos eléctricos que emite un electrodo implantado en la pared del estómago. A través de esos impulsos eléctricos se puede controlar, de manera personalizada, la sensación de saciedad. «No sabemos realmente cual es el mecanismo por el que funciona», admite el doctor Fravetti. «Una hipótesis es que los impulsos eléctricos estimulan la producción de unas hormonas que informan al cerebro del paciente de que se ya se ha comido lo suficiente». «Otra hipótesis es que es que el dispositivo activa las terminaciones nerviosas del sistema encargado de controlar automáticamente la sensación de saciedad. Otros piensan que funciona actuando sobre la peristalsis, las contracciones musculares que impulsan los alimentos a lo largo del tracto digestivo». Hace ya tres años que la Unión Europea dio el visto al estimulador gástrico. Sin embargo, la muy exigente Food and Drug Administration (el organismo encargado de regular la comercialización de medicamentos en Estados Unidos) aún se resiste a darle su bendición, argumentando que el aparato no ha sido sometido a los experimentos clínicos necesarios. Una situación a la que hora se pretende poner remedio al analizar sus efectos en 350 obesos, repartidos entre ocho centros americanos y el Hospital de Vicenza. El estimulador gástrico sólo tiene un problema: su elevadísimo precio. Se trata de un aparato tan sofisticado desde el punto de vista tecnológico que, cada uno de estos artilugios cuesta 12.000 euros. «Y sólo se puede utilizar durante cinco años. Transcurrido ese tiempo, es preciso retirar el dispositivo y colocar uno nuevo», advierte el doctor Fravetti. El 53,5% de la población presenta sobrepeso y un 14,5% puede considerarse obeso La obesidad causa directamente una de cada doce muertes en España, el 9% del total, según un estudio de la Universidad Complutense. Además, este mal y las enfermedades que de ella se derivan suponen el 7% del gasto sanitario, esto es, un 2.500 millones de euros anuales, según un informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) presentado ayer por su presidente, el doctor Basilio Moreno, en el marco del V seminario de periodistas dedicado a esta enfermedad. En costes indirectos, como bajas laborales o incapacidades, la obesidad representa 1.606 millones de euros, mientras que los costes directos o sanitarios suponen 28,30 millones, lo que supone un total de 1.634 millones sólo en esta enfermedad. Otros 1.000 millones se destinan a gastos asociados, como diabetes melltius (22,5 millones), enfermedades cardivasculares (566,45 millones), dislipemias (59,89 millones) y enfermedades músculo-esqueléticas (25,06 millones). Según el otro estudio, coordinado por el catedrático de Medicina de la Universidad Complutense, Jesús Millán, una de cada doce muertes en España está directamente relacionada con el exceso de peso, lo que equivale a casi el 9% de la mortalidad. Además, en el 75% de estos casos existe una asociación directa entre obesidad y riesgo cardiovascular. Para acometer la pérdida de peso, el doctor Moreno recomienda "comer un poco menos y mejor, tomar alimentos con menor densidad calórica y con mayor poder nutricional, con mayor poder saciante, y no comer de forma desordenada". Asimismo, propuso dedicar un tiempo al ejercicio físico como parte del horario diario, independientemente del deporte del fin de semana. Falsas dietas Los especialistas han advertido de las falsas dietas y tratamientos contra la obesidad como, por ejemplo, el uso de diuréticos, que provocan "una pérdida falsa de peso, ya que se pierde líquido y no grasa", según el doctor Formiguera, participante en el seminario. En cuanto a las dietas, la regla de una ingesta equilibrada se basa en un 55% de carbohidratos, un 30% de grasa y entre un 15 y 20% de proteínas, con 20 a 30 gramos de fibra y 6 gramos de sal al día. Se trata de comer una dieta completa, variada, equilibrada e individualizada. En España, el 53,5% de la población entre 25 y 60 años presenta exceso de peso, que se reparte en un 39% con sobrepeso y un 14,5% con obesidad. Los expertos llaman la atención sobre el aumento de la obesidad en población infantil y adolescente, ya que el 12,5% de este grupo presenta obesidad y uno de cada tres tiene sobrepeso. Estas cifras se han triplicado en los últimos diez años. El perfil de la persona obesa refleja una edad entre 45 y 54 años, con un menor nivel educacional y socioeconómico y más mujeres que hombres. También es mayor la incidencia de la obesidad en parejas que en personas solteras. En estos momentos hay el triple de personas obesas en el mundo de las que había en los años 70 del siglo pasado. En 2002 se registraron 300 millones de obesos en el mundo, y se calcula que para 2005 habrá 500 millones de personas obesas. ¿Quién está gordo? El índice de masa corporal (IMC) se define como el cociente obtenido al dividir el peso en kilogramos por la talla al cuadrado y es el método de referencia usado en casi todos los estudios clínicos. Para los hombres si el resultado está entre 20 y 25 puede hablarse de normalidad. Para las mujeres pueden considerarse normales parámetros entre 18,5 y 25. Entre 25 y 26 dependerá de la persona y de la coexistencia de otros factores de riesgo. Entre 27 y 29,9 se habla de sobrepeso y con más de 30 de obesidad. En el caso de que el IMC supere los 40 estaremos ante casos de obesidad mórbida Irene Hernández Velasco EL MUNDO, 19 de mayo de 2004