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Así se dopa un ciclista -Capítulo IV- (Diario AS)

LA CASTIGADA RODILLA DE JESÚS. Jesús Manzano se operó la rodilla izquierda hace cinco años, pero no volvió a tener problemas hasta que en la pasada Vuelta sufrió una tendinitis. Sometido a la presión de tener que terminar la carrera, las infiltraciones de cortisona fueron tan abundantes que ahora no puede montar en bicicleta. Cuando fuerza, se le hincha y le sale un hematona. Tuve una lesión de rodilla hace cinco años y pasé por el quirófano. Sufría una condropatía rotuliana y me tuvieron que liberar la rótula izquierda, aunque después nunca me había dado problemas. De hecho, la tendinitis que tenía era por detrás de la rodilla. Entonces, yo en la Vuelta a España 2003, el primer día me quedé descolgado. Tuve también un enfrentamiento con el director, que me dijo que yo me había quedado porque me había dado la gana y que me estaba riendo de mis compañeros. Eso fue el día de Gijón, en la contrarreloj. Yo me quedé en un repecho nada más salir por la rodilla y por más historias que no vienen al caso. Vuelta 2003: “Casi todos los días me infiltraron” Se utilizó cortisona, cortisona, cortisona... para mi lesión de rodilla. Día sí, día no, día sí, día también, día sí, día no, casi todos los días me estaban infiltrando. Empecé a infiltrarme al principio de la Vuelta porque estaba fastidiado. Llegó un señor que no tenía nada que ver con el equipo y también él me infiltró. Era amigo del director. Y me infiltró hasta al día siguiente en el coche porque a mí me molestaba. La etapa salía de Andorra y llegaba a Barcelona. Me acuerdo que durante la carrera iba hablando con un corredor, que iba a ver a un médico de Barcelona para un problema de rodilla que también él tenía. Pero me dijeron que no se me ocurriera ir a ver a ese médico. Y eso que pagaba de mi dinero, ¡eh! Entonces llegué al hotel y me siguieron infiltrando, infiltrando... Creía que en la etapa del Cerro Muriano me moría de dolor. Todavía me decían que era mentira. Creía que este puerto, en la etapa de Córdoba, no lo subía. Un corredor que está bien no creo que tenga que estar infiltrándose toda una Vuelta a España, porque luego mira el socavón que me ha salido en la rodilla (la enseña al fotógrafo Jesús Rubio). Ahora tendré que pasar por médicos y por todo. De momento me quitaron la bicicleta, me mandaron un burofax y les mandé la bicicleta al equipo. Y he tenido que pedir una bici a una persona que tiene un equipo amateur, que fue profesional en su día, y me ha dejado una. No me ha cobrado ni un duro. Le tengo que dar aquí las gracias. Empecé a montar y se conoce que tengo alguna bolsa de líquido en la rodilla o la tengo afectada, porque se me hace una bola, se me hace un hematoma y me baja hasta por el gemelo. Considero que estos problemas vienen por un tratamiento excesivo. Creo que a un deportista de élite, como ocurre a los futbolistas que recaen por una lesión, no se les está infiltrando siempre, se les manda parar. Pero claro, como yo tenía toda la presión que tenía, y todo el año que tenía, y todas la broncas recibidas durante la temporada, pues pasó lo que pasó. ¡Alguien puede pensar que va a ser por mi cuenta! ¡Cómo me voy a saber infiltrar, en una rodilla, con todos los tendones que hay! Con todas las cosas que hay. Eso te lo tiene que hacer un traumatólogo o una persona que sepa lo que tiene que infiltrar y dónde. Cómo voy yo a andar infiltrándome en una pierna por detrás. Necesitas estar relajado. La tendinitis me empezó por detrás y luego, de tanto forzar, se me pasó por delante y mira cómo tengo la rodilla (vuelve a enseñarla). No me retiré, porque se dice que yo no he acabado ninguna grande, que yo me estaba riendo de los compañeros y todo. Pues, fíjate, cómo para retirarme. La presión que tiene un corredor, no lo sabe la Prensa. Y las broncas que se lleva un corredor, no lo sabe la Prensa. Cartilla de salud: “El médico anota el tratamiento” Estos tratamientos de cortisona no los puedes hacer si no están anotados en la cartilla de salud. Ya hablé de ello en el capítulo tres. Por cierto, quería volver a explicar una cosa que igual no se entendió bien. Yo estaba el otro día reunido en un sitio y a mí una persona me ha dicho: “Tú, chaval, ¿sólo tienes estos productos marcados en la cartilla?”. Se refería a que tenía pocos escritos. Pues qué decir, pues sí. El producto te lo pone el médico. Resulta que eso tiene que ir prescrito en la cartilla de salud y firmado por un médico. Y yo le dije: “Pues claro que sí. Tú ¿qué quieres que yo tenga? ¿Qué quieres que yo tenga? Yo tengo lo que me han puesto”. No tengo nada más. Esto quiero que quede claro. Transfusión de sangre: “Me ofrecen utilizar a mi novia” La transfusiones no se utilizan para vueltas pequeñas, que conste. Funcionan así. Tratas tu sangre con una medicación que es la EPO. Subes hasta valores por encima de 50, yo tuve hasta 56. El que más huevos le eche, es el que más sube. Ocurre que luego, cuando ya has subido tu hematocrito, sería como un ciclo desde que te has puesto la última dosis de EPO, para que esa sangre se limpie. Se entrena menos para que no te bajen los valores, te metes mucho volumen, entre 100 o 150 kilómetros, Has parado quince días antes de la gran carrera. Entonces se extraen dos bolsas de medio litro cada una. Luego se suele dejar pasar el control previo de una gran vuelta por etapas, aunque en mi caso, en el último Tour no se hizo así. Automáticamente, esa misma noche, se pone la primera bolsa. Esa bolsa baja tres puntos. Y la segunda bolsa baja también otros tres puntos. De todas formas, los días antes del Tour te pones albúmina y suero para bajar el hematocrito y que la UCI no sospeche de los equipos. La siguiente bolsa se usa durante la carrera, cuando te pega un bajón y tú pasas de haber tenido 48 o 50 de hematocrito, a tener sólo 44. Luego te ponen la siguiente bolsa. Se pondría al día 9 o 10 de la prueba. Al ponerte medio litro más de sangre, notas presión en la cabeza, dolores en varias partes del cuerpo, hinchazón, pesadez, te sientes pesado como una bola... Pero luego, haciendo rodillo vas sudando y eliminando el agua y permanecen los hematíes. Las transfusiones bien hechas deben hacerse en centros especializados. Tiene que llevar unas temperaturas. En meterte un litro de sangre tardas más de media hora, pero en sacártelo, muy poco. Al día siguiente de sacártelo no se entrena, no puedes hacer esfuerzos, no puedes ni moverte. Últimamente se ha oído hablar de utilizar otras personas para las transfusiones de sangre. Mira, yo no lo he utilizado, pero en la vida hay que ser sincero y no embustero. A mí me lo han ofrecido. Yo no tengo que poner la vida de mi madre, de mis familiares ni de mi novia en peligro. A mí me lo han ofrecido, porque el corredor cuando está corriendo no puede cargar dichos productos como la EPO. Habría que enriquecer la sangre de esa persona y luego extraerla, pero antes hacer prueba de RH. Me lo han ofrecido con mi novia, Marina, y con cercanos. Me decían si había algún familiar que tuviera el mismo grupo que yo. Si yo fuera médico, a alguno le daban por culo. Que el juez asuma y que coja y corte las cabezas a quien sea... Demasiado que estoy poniendo yo en peligro mi vida. Con toda la mierda que hay, todos los hipócritas tapándolo... Yo no voy a decir si otros lo han utilizado. No doy nombres, que yo sólo me estoy acusando a mí, nada más que yo. Ni a deportistas, ni ex compañeros, ni equipos... Que quede bien claro en esta cinta, que yo no culpo a nadie, ¿vale? Hay que darse cuenta que cuando estás cargando, el problema está en que tienes que tener un gran control. El equipo tiene cuatro o cinco máquinas (centrifugadoras), porque si no las tienen cómo vas a estar yendo todos los días a una farmacia. ¿Y qué te van a decir cuando bajes un día a la farmacia y estés al 50 de hematocrito y otros les aparezca 56? Entonces, todos los días no puedo estar yo bajando a un laboratorio a sacarme sangre. Date cuenta que te estás poniendo 4.000 unidades (de EPO), 4.000 unidades, 4.000 unidades, 2.000 unidades, 2.000 unidades, y eso sube, pero hay que controlarlo, porque se conoce que ha habido 14 muertes. EPO: “Hasta dos veces cuando entrenas” Te puedes pinchar diez, doce, trece veces, catorce veces al día, quince veces al día... Sí, te dan días en los que te pinchas cuatro veces para medirte, porque si estás alto, si tienes unos valores altos, pues ya digo que te tendrías que poner a medirte, porque esto es complicado. Insisto en que yo no puedo estar bajando al laboratorio a medirme y tal, porque yo ahora estoy en 50 y pasarte a 56, ¿no? Porque la gente va a decir que qué pasa, ¿no? Que qué pasaría si en una farmacia o en un laboratorio está al 45 y al momento lo ves y 56. ¡Y ha subido diez puntos! Eso no se sube porque te fumes siete cajetillas de tabaco diarias, ¿no? Entonces hay días en los que tú te mides el hematacrito cuatro veces. Bueno, una te la haces nada más levantarte; otra después de entrenar, otra a media tarde y otra por la noche. Luego, si ese día te toca EPO, pues también EPO, si otro día te toca... Esto lo puedes llegar a poner... Si tienes que subir el tratamiento muy rápido, pues se pone un tratamiento, se ponen ocho miligramos en vena al día en dos veces. Cuatro son después de entrenar. Antes no, por si te mareas o lo que sea. Y luego otros cuatro ya por la noche, si lo tienes que subir antes y rápido, ¿sabes? O sea, que es complicado... Por el momento ya llevamos cuatro pinchazos con la centrifugadora y dos de EPO, en total seis. Y luego que si te toca la hormona del crecimiento... Esto se pone después entrenar, porque estos medicamentos te pueden marear o te pueden causar problemas. Y bueno, van siete pinchazos, ¿no? Más el ácido fólico, la vitamina B-12 y el Ferlisit, que es hierro. Esto te lo aplicas cuando estás poniéndote. Eso es un tratamiento de hierro y ácido fólico para que lo asimiles. Y, claro, te lo tienes que meter. Es lo que conlleva un tratamiento de EPO. No te creas que no tiene cosa... Suero, aspirinas...: “Evitar un paro cardíaco” Y luego tienes que ponerte más. Si estás muy alto, muy alto, muy alto, pues te tendrías que meter suero. Esto se hace por la noche. También se toman aspirinas o lo que sea, porque una persona con cincuenta y pico de hematocrito, pues, fíjate... Antiguamente se murieron ciclistas holandeses por esto, te puede dar un paro cardíaco. Porque las pulsaciones de una persona, con un tratamiento, cuánto te bajaría... Bajaría un montón, se te quedarían en 36, 37 pulsaciones, cuando estás por la noche relajado en la cama. Cuando hayas tomado mucho y estés con un valor alto, pues te tienes que quedar por los suelos. Entonces, para bajar eso se toma un suero glucosado, que suele ser Hemoce, para que no te deje muy jodido. Te lo pones y te baja cuatro o cinco puntos. Te tomas dos aspirinas y ya está. Y ahí puede haber algún día que te tienes que poner cortisona o HMG, que es una hormona masculina para compensar la testosterona con la epitestosterona o te tienes que poner algún cofactor, como Geref, Neofertin, cosas de esas, que son tratamientos caros de las que ya he hablado aquí en días anteriores. Es decir, en total pueden ser doce o trece pinchazos en un día. Pero no todos, claro. Mas luego te tomas un relajante muscular y cosas así. Un tratamiento bueno es un mes y medio antes, porque hay que dejar de tomarlo quince días antes de la competición, aunque algún otro compañero ha hablado recientemente de tres días, pero se dejan quince porque si no mira lo que ha pasado (en el Tour). El primer pinchazo: “Sudé como un pollo de miedo” Yo, de pequeño, recuerdo una practicanta que hasta me pegó un guantazo porque no me dejaba que me vacunaran. ¡Pumba! Delante de mi madre. Con cuatro años o por ahí. Tenía pánico a las jeringuillas. Pero al final te las tienes que poner en casa por narices. Al principio iba a ponerme cosas a casa de una persona que era la que me pinchaba de allí del pueblo (Zarzalejo). La persona era una médica y me decía: “¿Quién te manda esto? ¿Y esto? ¿Y lo otro?” Y luego, claro, ahora tendría que meterme, no sé... Y si no te pinchas, vas de culo al día siguiente. La primera vez que me pinché, recuerdo que me metí en un servicio para meterme HMG. Porque la centrifugadora del hematocrito la tengo sólo desde hace dos años. Porque ganando 200.000 pesetas no me la podía comprar. ¡Cómo me iba a comprar una centrifugadora que vale 300.000 pesetas! Tenía que ahorrar, ¿no? Recuerdo que ese día me meto en el servicio y se me caían chorros de sudor, sólo de verlo. Y cerré los ojos. Dicen que el culo se divide en cuatro partes y empiezas a contar por la primera de abajo, en la nalga de abajo. Me pinché en el lado derecho y si te digo la verdad sudaba como un pollo de miedo. Hasta que ya me pinché y me molestó bastante. Pero luego ya, últimamente... El HMG se pincha en el culo y va al músculo. Lo que sueles hacer es tirar del émbolo (de la jeringuilla) para ver si habías pinchado en algún vaso y si no salía sangre, pues lo metías, y si salía, pues te tenías que volver a pinchar. Claro, con esto no puedes ir a un medico de cabecera para que te pinchen, porque automáticamente te van a preguntar ¿quién te manda esto? Y van a por esa persona. Mi pareja, Marina, me dijo que si llega a saber que un ciclista se tiene que pinchar tantas veces, ella hubiera preferido que jamás fuera ciclista. Que eso es una vergüenza, así me dijo. Luego está el tema de la recuperación. Todos los días el médico tiene tu recuperación puesta, te tiene puesto Esafosfina, Tationil, S’Amet, pero nunca sabes ni lo que es, porque nunca te abre el producto delante de ti. Sé que es Esafosfina, porque pica mucho cuando te lo ponen en vena. Tienes un picor que dices a veces: ¡Sácamelo! ¿Dónde se pincha?: “En codos, manos, piernas...” Te pinchas en varios sitios. Porque hay que pincharse todos los días de recuperación, pincharse más cosas... En el culo, no tengo carne, que la tengo comida; que me pasa igual que en la rodilla, lo que pasa que es un hueso y no duele, ¿no? Pues te acabas pinchando en los codos, en las venas de los codos, en las manos, en las venas de arriba de las manos y últimamente ya, cuando uno está fino, te acabas pinchando hasta en las piernas. Te duele todo y te salen moratones, moratones, moratones... Lo mismo un médico no tiene una fiabilidad del cien por cien y un ciclista... Yo el año pasado me ponía el recuperante, este año me lo ponen los médicos. No tienes fiabilidad, se te sale la vena y te tienes que volver a pinchar. Imagínate, ya son dos pinchadas. Y son 21 días. Aunque sólo sean dos pinchazos diario, ¿a cuantos tocábamos? Si uno se fija bien en las carreras, se ven los pinchazos. Algunas veces se llevan manguitos por eso. Al pincharte te han hecho un moratón y tienes que salir con los manguitos, aunque luego te los quites. Pero si los periodistas os dais cuenta, se ven a veces moratones. Mira los codos... Mira las manos arriba... Se ven, se ven... Insulina: “Se combina con otros productos” Hablando de pinchazos, aún no he contado nada de la insulina. La I3 es insulina. La marca no la sé, pero se puede ver en este plan de medicación (enseña un documento que reproducimos en estas páginas), que está escrito a mano y del que se puede hacer un peritaje calígrafo. Eso se pone después de los entrenamientos duros. Yo no sé para qué se utiliza, porque es una cosa que, si digo la verdad, ni me la he puesto antes, jamás la he utilizado. Yo no soy diabético. Un diabético se tiene que poner insulina, ¿no? Como está ahí escrito que hacen los médicos. Yo tengo una familiar que es diabética y se tiene que poner insulina. Realmente, en este caso no sé qué función tiene. Como puedes leer en el plan de medicación, aquí pone I3. Como se lee también HM, como se ven asteriscos, como se ven símbolos y como se ven muchas cosas más. Se usa cuando se está en plena forma y se utiliza con productos derivados del tratamiento que conlleve. Date cuenta que ahí se marcaba de acuerdo a los entrenamientos duros. Tú vienes de entrenar y no sé si me comentó el médico que había que utilizar cuatro rayas de insulina. Una jeringuilla de insulina, que quede claro. La insulina viene en un bote de color similar a un casco de cerveza, un color así. El vidrio es igual, viene con una chapa arriba y con una goma de caucho. No me acuerdo del nombre, la goma de caucho huele que apesta. Huele a planta química, yo qué sé. Te lo pones cuando llegas de entrenar. Date cuenta que estamos en el plan de entrenamientos duros. Es decir, que yo llegaba a casa, me duchaba y me lo ponía como me lo hacía saber el médico. Ese es un tema que no es mío, eso es de un médico y si tienen huevos que salgan y lo desmientan. Hay un médico al que yo no había nombrado y resulta que ha aparecido por ahí. Si ese médico se siente inculpado en esto... Juan Gutiérrez Diario AS, 27 de marzo de 2004
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