El campamento de refugiados de Kalandia huele a 'kibaa'. Las tiendas de la calle principal tiene las puertas abiertas de par en par, pero la clientela escasea. Como en otras muchas zonas ocupadas, el desempleo impuesto por los controles de seguridad ha bloqueado la actividad económica de esta población de 13.000 habitantes que llegaron aquí procedentes de 56 aldeas destruidas en 1948.
La situación es especialmente difícil para las mujeres, muchas de ellas viudas o esposas de mártires y de presos a los que no se les permite visitar.
En los últimos tres años, 22 menores de 16 años han sido tiroteados en el “check point” de entrada al campamento. Las piedras que arrojaron contra los soldados les costaron la vida. El último mártir cayó el pasado mes de diciembre. Se llamaba Tarek y tenía 14 años.
“Era un niño muy inteligente. Su padre y yo estábamos intentando conseguir una beca para que estudiara en EEUU, aunque él no quería marcharse. Le dispararon a menos de cuatro metros. Tarek era el sueño de la familia, ahora no tenemos nada”. La madre de Tarek es una de las 2.700 mujeres que recibe apoyo del Centro de Ayuda a la Mujer de Kalandia creado hace 3 años. La muerte de estos chicos no sólo lleva dolor a sus familias, sino también en ocasiones la ruina. Como castigo a su afrenta los padres son despedidos del trabajo.
El Centro apoya económicamente a las familias más pobres y organiza talleres textiles y de peluquería que les proporcionan ingresos. Muchos de sus beneficiarios llevan colgado al cuello una medalla con la foto de sus muertos. “Pedimos a todas las mujeres del mundo que nos ayuden. No queremos cosas materiales, sólo que vengan aquí, vean como vivimos y nos apoyen”, afirma Khadija Farham, la presidenta de la Unión de Mujeres Palestinas. Esta mujer de 56 años, que se declara soltera “porque estoy casada con la causa” viajará a finales de mes al Parlamento Europeo con la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género para denunciar la situación de la mujer palestina.
Marta Arroyo
EL MUNDO, 1 de marzo de 2004