Fue encontrado sin vida en el hotel de Rimini. En junio pasado ingresó en una clínica al padecer depresiones.
Marco Pantani fue encontrado muerto ayer en el hotel-residencia de Rimini (Italia). El vencedor del Giro y el Tour en 1998, una gesta que sólo había conseguido Fausto Coppi en el ciclismo italiano, se encontraba inmerso en una depresión y e4sta temporada había desaparecido del circuito ciclista.
A sus 34 años, El Pirata había caído en un profundo bache al no ser invitado al pasado Tour de Francia junto con su equipo Mercatone Uno.
Centenares de personas aplauden a Pantani a la salida del féretro
Más de 200 personas que se habían congregado frente al hotel-residencia "Le rose" de Rímini donde este sábado fue hallado muerto el ciclista italiano Marco Pantani aplaudieron la salida del féretro como tantas otras veces hicieron miles de aficionados en el borde de la carretera Poco después de las 0:30 horas del domingo, los restos mortales de Pantani fueron trasladados hasta el tanatorio del hospital Infiermi de Rimini, donde le será practicada la autopsia para determinar las causas de su muerte, que se habría producido, según informaciones extraoficiales, hacia las 16:00 horas.
La Policía halló varias cajas de fármacos, una de ellas al parecer para tratar la ansiedad, junto al cadáver del ganador del Giro y del Tour de 1998, lo que redunda en la hipótesis de que pudiera haber muerto víctima de una sobredosis. El cuerpo sin vida de Marco Pantani, semidesnudo, fue encontrado boca abajo, a los pies de la cama de la habitación que ocupaba en el hotel-residencia "Le rose" sin ningún signo externo de violencia.
Fue precisamente el portero de este establecimiento quien descubrió el cadáver, tras dar la alarma al ver que no contestaba y que la puerta estaba cerrada por dentro. El portero, según su propio relato, subió a la habitación de Pantani, situada en la quinta planta del inmueble, tras haberle visto por la tarde y haber notado que se comportaba de forma extraña, como si estuviera ausente. Este mismo comportamiento lo habían constatado en las últimas semanas algunos de sus conocidos, según han relatado a diversos medios locales.
Una hermana de "El Pirata" se ha desplazado a Rimini para reconocer el cadáver, mientras sus padres han iniciado viaje de regreso a Italia desde Grecia donde se encontraban de vacaciones. La noticia de la muerte de Pantani ha causado gran conmoción en Italia, donde se habían seguido con pasión sus triunfos y su posterior rosario de desgracias relacionadas con el dopaje que le persiguió hasta su muerte.
DESCUBREN VARIOS FÁRMACOS EN LA HABITACIÓN DE MARCO PANTANI
La policía italiana encontró varios fármaco en la habitación del ciclista Marco Pantani, cuyo cadaver fue hallado esta noche en una habitación de un hotel de Rimini, según anunció la agencia Ansa.
La policía italiana encontró varios fármaco en la habitación del ciclista Marco Pantani, cuyo cadaver fue hallado esta noche en una habitación de un hotel de Rimini, según anunció la agencia Ansa.
La agencia asegura que tras las primeras comprobaciones, la policía transalpina encontró el cuerpo del ciclista italiano, vencedor del Giro e Italia, tumbando boca abajo junto a su cama. Según la misma fuente el corredor había muerto de forma no violenta, pero se ignora aún si se trata de una muerte natural o si ésta fue causada por la toma de medicamentos.
Al lugar de los hechos también llegaron, minutos después de la una de la mañana, un forense y el fiscal del tribunal de Rimini, Paolo Gengarell, mientras que numerosos carabineros bloqueaban las entradas del hotel. Mientras tanto, y ante hotel-residencia, una muchedumbre de curiosos y aficionados miraban hacia la ventana del quinto piso donde fue hallado el cuerpo de Marco Pantani.
Un miembro de los carabineros italianos anunció que el fiscal podría proporcionar información sobre la muerte del "Pirata" después de las primeras investigaciones de los expertos. Por otro lado, la hermana de Pantani, Manola, se desplazo al lugar del suceso donde en las próximas horas se espera la llegada de los padres del ciclista que se encontraban de vacaciones por Grecia.
TRAYECTORIA
Marco Pantani, denominado el "Pirata", ha fallecido esta noche en Rimini circunstancias aún poco conocidas, sorprendiendo a propios y extraños y dejando huérfano al ciclismo mundial de quien fue considerado como el mejor escalador de los último años.
Pantani se ha ido a los 34 años de forma tan callada y contundente como eran sus escapadas del pelotón cuando la carretera se empinaba y llegaban los duros puertos de montaña. Esos donde, en verdad, se ve la raza y calidad de un gran escalador. Ahí era un campeón prácticamente imbatible. Pero en una de esas montañas que elevaron su mito, la estación invernal de Madonna di Campiglio, el 5 de junio de 1999, a punto de la conclusión del Giro de Italia, empezó un calvario deportivo y personal de Pantani que ha acabado esta noche en una habitación de un hotel-residencia ubicado en el paseo marítimo de Rimini.
En Madonna di Campiglio, cuando acariciaba en la penúltima etapa el que iba a ser segundo triunfo absoluto en el Giro de Italia, pues era líder con amplia ventaja, fue apartado de la carrera al haber dado un tasa de hematócrito en sangre (52 por ciento) superior a lo permitido por la reglamentación (50 por ciento). Ahí empezó una cuesta abajo imparable. Su victorias en el Tour de Francia y Giro de Italia de 1998 empezaron a ver la sospecha del dopaje y Pantani entró en una serie de investigaciones policiales y judiciales que le fueron encerrando cada vez más en sí mismo y alejando del mundo del ciclismo.
Ello llevó a la apertura de investigaciones tanto de la justicia deportiva como ordinaria, a mirar en su pasado. Se desveló que, en octubre de 1995, cuando en el descenso del monte Superga durante la clásica Milán-Turín chocó violentamente junto a otros dos corredores contra un vehículo que transitaba en dirección opuesta, en los análisis a que fue sometido en el hospital también su hematócrito en sangre era elevado. Un valor que, durante la vista judicial, se dijo había estado entonces en el 60,1 por ciento. La sospecha de dopaje empezó a unirse al nombre de Pantani. Esto hundió cada vez más a un corredor que se alejó de la bicicleta (inútil sus intentos de volver, como en la Vuelta a la Comunidad Valenciana 2000), que incluso dejó a parte de sus amigos, y también a la novia que había estado junto a él durante los últimos años.
El nombre de Pantani aparecía ya en los medios informativos por causas extradeportivas: accidentes de circulación con su coche, con retirada del carné, o intentos de "curas sicológicas". Fue acusado por la fiscalía por un presunto "fraude deportivo" en 2001. El 17 de junio de 2002 fue castigado por la justicia deportiva con ocho meses de parón (luego se redujo a seis) por una jeringuilla con residuos de insulina encontrada el 27 de mayo de 2001 en la habitación que presuntamente ocupaba en un hotel en una de las etapas del Giro de Italia. En su vuelta a la competición evidenció no ser ni la sombra del Pantani de antes. Ni siquiera su figura, con una mayor masa muscular, era similar. Ahora se le atragantaban las montañas, donde otrora era el "rey", y su moral sufrió otro fuerte golpe.
Gran depresión
Algo muy duro para quien era mucho más débil y sensible mentalmente de lo que aparentaba. El pasado junio, tras surgir determinados rumores en la prensa, Pantani mediante un comunicado oficial distribuido por su representante, confirmó estar ingresado en la clínica Parco del Tigli en Telo, especializada en depresiones y desintoxicaciones. En la misiva, además, pedía respeto a su intimidad y decía estar en la clínica bajo prescripción médica. Su presencia en la clínica pareció abrir un camino en la recuperación del corredor y de la persona. Incluso, Pantani recibió la oferta de Mario Cipollini para correr juntos en un equipo en la siguiente campaña. Cipollini, entonces campeón mundial de fondo en carretera, le había tendido una mano. Pero cuando todo parecía hecho se rompieron las negociaciones. Según se desveló luego, por determinadas exigencias excesivas de un Pantani que seguía encerrado en su mundo y, sobre todo, con deseos de venganza por la "injusta persecución" judicial a la que consideraba había sido sometido en los últimos cuatro años. La justicia ordinaria no le pudo condenar ya que, en el momento en que se produjeron los hechos, el presunto delito de dopaje no estaba tipificado como tal en Italia. Una sentencia que elevaba la duda y la sombra sobre la presunta utilización de productos dopantes en su carrera deportiva. Ya el ultimo 13 de enero, fecha en que cumplió su 34 cumpleaños, se dejó entrever que estaba cercana su retirada como corredor en activo. Fue su padre en una entrevista quien vino a apuntarlo, pese a que otras informaciones hablaban de un Pantani que estaba dispuesto a volver a subirse a la bicicleta y a intentar volver. Desde entonces, apenas se supo más de Pantani. Hasta esta noche, cuando su cuerpo fue encontrado en la habitación de un hotel-residencia de Rimini donde se alojaba sólo desde hace días. De momento, poco se sabe sobre la causa de su muerte. Los rumores se han disparado. El "Pirata" se ha ido en solitario y dejando a todos con la boca abierta. Tristemente en esta ocasión no ha sido asombrando montado en una bicicleta y mientras ascendía un puerto. En esta ocasión no ha podido con la montaña de la vida.
Diario AS, 15 de febrero de 2004
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El enemigo de mis siestas
Por JAIME VARGAS
Cuando te crees que lo del Chava queda muy atrás, te das cuenta de que aún no has terminado de asimilar el golpe. La muerte de Pantani es uno de esos impactos que no te tocan de cerca, pero que te afectan más de lo que crees y se te quedan dentro. Es una tristeza leve que te deja los ojos algo llorosos sin permitirte derramar una lágrima. Es un desconsuelo lejano, pero extremadamente cercano al mismo tiempo.
Es difícil no caer en las loas gratuitas a la persona que se nos ha ido. Y más porque seguro que a Pantani le habría venido especialmente bien una palmadita en la espalda antes de este fatídico 14 de febrero. Pero eso hay que dejárselo a los que le conocían bien. Simplemente diré que era el chico malo del ciclismo. Pero un chico malo que caía bien a casi todo el mundo.
Siempre recordaré a Marco Pantani como el enemigo número uno de mis siestas veraniegas. Con él era imposible echar una cabezada en una tarde de Tour. Porque era capaz de transformar las rampas más inofensivas en pura adrenalina, en tensión, en ciclismo del de verdad. Porque gracias a él, grandes como Induráin no tuvieron un camino de rosas hacia la victoria. Porque con su presencia, cualquier etapa ciclista se convertía en una película de Hitchcock. Por esto y por mucho más
VAI IN PACE, CAMPIONE
jvargas@recoletos.es
MARCA.es, 15 de febrero de 2004