Un familiar halló el cuerpo del popular cantante, de 38 años, y está prevista su incineración hoy. La formación navarra se despidió de su público el pasado sábado con un gran concierto en Artsaia.
Un familiar halló ayer en su domicilio de Alloz el cuerpo sin vida de
Marco Antonio Sanz de Acedo, líder de la mítica banda
Tijuana in Blue, que precisamente se despidió definitivamente de su público el sábado con un concierto en la sala Artsaia de Iruñea.
«Gavilán» o
«Eskroto» murió a los 38 años de edad por causas que aún se desconocen. Los restos mortales del conocido cantante fueron trasladados al tanatorio San Alberto de la capital navarra y está prevista su incineración hoy.
Dieciocho años después de su nacimiento,
Tijuana in Blue ofreció el sábado su último concierto en Iruñea. Fue una despedida a lo grande, una fiesta con lleno completo y ningún signo que anticipara un desenlace tan radical.
Con motivo del cierre de carrera de la banda,
Eskroto concedió el 27 de noviembre la entrevista que GARA recoge en esta página.
«Siento ganas de vivir al límite de nuevo»
¿Es cierto que se retiran definitivamente?
Totalmente cierto. A pesar de que el alguacil de mi pueblo diga que los toreros y los músicos siempre volvemos a las andadas, no tenemos intención de seguir con Tijuana. Simplemente nos queríamos dar ese último gustazo. No sé si en el futuro me liaré la manta con algún otro proyecto musical.
«Antes de perder el riego» es el título de su último trabajo. Háblenos del disco.
Lo grabamos en nuestra reaparición en el pabellón Anaitasuna. Queríamos aprovechar la fuerza del directo. Es un recopilatorio con nuestras mejores canciones. Lo publicamos ahora que todavía conservamos el riego y la azotea en su sitio a pesar de los pasotes del pasado. Sólo deseamos dejar constancia de nuestro trabajo y de una época irrepetible.
Imagino que se refiere a la década de los 80. ¿Cómo recuerda aquellos años?
Lo recuerdo entre tinieblas. Eran tiempos de gran efervescencia. Era la época del rock radical vasco, de los gaztetxes, de los fanzines, de las radios libres. Partíamos de cero, no pensábamos en el futuro, ni tampoco nos identificábamos con los dogmas políticos de la vieja guardia antifranquista. Eramos libres. Ibamos a nuestro pedo. Teníamos dos objetivos claros: ir contra el sistema al tiempo que nos divertíamos. No nos gustaba el mundo que nos rodeaba y tratábamos de montar nuestra propia realidad. Vivíamos en un subidón constante. Eramos sujetos y protagonistas.
Tras la desaparición de Tijuana in Blue le entra debilidad por las rancheras. ¿A qué se debe ese cambio radical?
Estaba del punk y del rock hasta los huevos. Me dio por escuchar música mexicana. Rescaté discos de Los tigres del norte que conservaba perdidos en el baúl de los recuerdos. Me atraparon las rancheras y los boleros. Esas letras desgarradas me sedujeron para siempre. Creo que también es algo genético porque mi padre cantaba por los pueblos jotas y música mexicana.
En ese momento decide ir de viaje a México. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue inolvidable. Recorrí el país de un lado a otro. Los mayores museos de México, para mí, eran las cantinas. Las visitaba todos los días y me perdía entre la gente. Bebía ron y tequila con ellos. Platicaba larga y plácidamente. Me encantó esa perspectiva nihilista de la vida. Esa idea de que la vida no vale un carajo. Esa actitud de llevar las cosas hasta el límite. Volví totalmente picado y así nació Kojón Prieto y los Huajolotes. Un cachondeo constante. Una diversión hasta el final. Conservo un gran recuerdo del grupo.
Después de la desaparición de Kojón Prieto y los Huajolotes decidió retirarse del mundanal ruido de la música. ¿Cuáles fueron las razones que le llevaron a tomar esa decisión?
Pienso que las cosas que son para siempre no son bonitas. Todo debe tener un final para que conserve su belleza. Si te digo la verdad estaba quemado de tanto concierto y de tanto desconcierto. Quería calmarme un poco y tomar otro rumbo. Te crees que tienes que formalizarte, tener un poco de fundamento, un trabajo. Entras en el juego del sistema y descubres que todo es una mierda, una miseria absoluta.
¿Cómo es su vida hoy?
Hasta hace unas semanas he trabajado de panadero. Me levantaba a la 01.00 para ir al obrador, salía al mediodía, comía, estaba grogui deambulando por casa y ya me quedaba dormido para todo el día. Antes iba contra la sociedad porque era punki y ahora a contracorriente con este horario tan cabrón. Afortunadamente, ahora estoy en el paro.
¿Cuáles son sus planes para el futuro?
Quiero tirarme unos meses sin hacer nada. Necesito dedicarme tiempo a mí después de tanta caña con el trabajo y con el grupo. Sé que sentiré un gran vacío después del último concierto. Tengo ganas de hacer deporte, de fortalecerme físicamente y psicológicamente porque estoy exhausto, sin energía. Necesito relajarme. Tengo 38 años. Solo quiero vivir plenamente los próximos años y a los 50 reventar. Tengo la tentación de volver a las andadas de mi juventud, de repetir mi historia, siento ganas de vivir al limite de nuevo, me gusta el vértigo.
Pello ARGIÑARENA
GARA, 2 de diciembre de 2003