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Copito de Nieve será incinerado y sus cenizas se enterrarán en el zoo de Barcelona (EL PERIÓDICO)
• El gorila albino murió tras serle administrada una inyección letal para frenar el sufrimiento creciente.
• Sólo se conservarán algunas partes de su cuerpo para "usos estrictamente científicos".
Copito de Nieve no será disecado ni expuesto en una vitrina de un museo y, salvo los elementos estrictamente útiles para la ciencia, su cadáver será incinerado sin gran pompa, con discreción, y sus cenizas serán enterradas en el zoo. El Ayuntamiento de Barcelona decidió ayer seguir el protocolo habitual, como se hace con todos los primates del zoo, y renunció a una ceremonia excesiva con prohombres saludando al fallecido. Copito, que tenía unos 39 años, murió a primeras horas de la mañana de forma plácida, sedado, después de que los técnicos del zoo decidieran poner fin a su agonía mediante una inyección letal.
El veterinario Jesús Fernández informó de que el gorila sufría dolores insoportables desde hacía unos cuatro días: "No aceptaba comida y, además, no podíamos darle los calmantes con la frecuencia necesaria". Así pues, y tras las oportunas consultas políticas, la noche del domingo se le dio un potente sedante oral que lo durmió y, ya al amanecer, se le aplicó la eutanasia. La muerte fue "rápida e indolora --dijo el veterinario--. No se enteró de nada".
Para los anales, la muerte aconteció exactamente a las 6.40 horas, según explicó el alcalde de Barcelona, Joan Clos, durante una rueda de prensa, más propia de un artista de Hollywood. Pero es que Copito era algo más que un gorila de costa. Era un símbolo de Barcelona.
SU ORIGINALIDAD, SU LACRA
"Ciudadano Copito" --como lo llamó Clos-- murió por culpa de la misma particularidad genética que lo hizo único en el mundo. La falta de melanina, el pigmento que da color a la piel, lo dejó indefenso ante el sol y el viejo animal acabó desarrollando un cáncer de piel incurable. Debido a la gran extensión de los carcinomas, el equipo veterinario renunció hace meses a cualquier tipo de cirugía o tratamiento agresivo, incluyendo la quimioterapia. Su salud se había agravado a marchas forzadas durante los últimos días, y la prueba más clara era una espectacular pérdida de peso: el otrora obeso que llegó a los 190 kilos se había quedado en 100 justos.
Copito, de hecho, ya era un gorila en decadencia que había superado ampliamente la longevidad media de los ejemplares en libertad, estimada en 30-35 años. Aunque la mayoría de sus 21 hijos ya están muertos, el patriarca albino seguía disfrutando con la llegada de nuevos nietos, en total siete, el último de los cuales nació hace apenas dos meses. Los cuidaba con verdadero mimo.
Pese a su enfermedad, según insistió el veterinario del zoo, Copito de Nieve mantuvo una calidad de vida relativamente buena "hasta pocos días antes de la muerte". Fue entonces cuando se decidió correr la cortina de la instalación y evitar las visitas. El presidente del zoo, el concejal Jordi Portabella, precisó que "toda la comunidad científica internacional" había sido informada de los pasos seguidos.
Portabella anunció que los restos de Copito que no sean útiles para la ciencia serán incinerados. "Las cenizas se colocarán en una urna biodegradable, junto a una semilla de un árbol tropical, y se plantarán en el zoo para que de ellas brote nueva vida", explicó.
DESTINO DE LOS RESTOS
Un grupo de científicos --incluido el etólogo Jordi Sabater Pi, responsable de la llegada de Copito a Barcelona, en 1966-- había pedido que el cuerpo fuera disecado, pero ayer el concejal Portabella lo descartó por dos motivos: porque "los responsables del parque zoológico no eran partidarios de esta solución", dijo, y "porque la llaga que tenía en el pecho lo hacía inviable, incluso contando con los mejores" taxidermistas.
Una comisión científica formada por Jesús Fernández (zoo), el médico Joan Vidal (Fundación Guttmann) y representantes de Institut Dexeus y de las universidades de Barcelona (UB) y Autònoma de Barcelona (UAB) decidirá los siguientes pasos. Los resultados de la necropsia practicada ayer, tras el fallecimiento, determinarán qué partes del cuerpo --especialmente el esqueleto-- pueden ser aprovechadas. En cualquier caso, recalcó Portabella, será "una conservación para usos estrictamente científicos". No se expondrán al público.
Clos y Portabella explicaron que durante la necropsia ya se recogieron muestras consideradas de utilidad. Por ejemplo, se ha extraído el epidídimo para conservar células germinales de Copito, aunque hasta el momento no se ha podido extraer semen del animal. Estas células se preservarán en el Institut Dexeus. También se ha tomado un centímetro cuadrado de piel --"con eso basta, no hace falta conservar la piel al complejo", dijo Portabella--, que se empleará para estudios sobre albinismo y pigmentación en la Facultad de Biología de la UB.
HUESOS y ADN
Al Banco de ADN de la UAB --Facultad de Veterinaria-- se han destinado tejidos de diversas partes del cuerpo. Y se han guardado fluidos, tejidos y cerebro del gorila en el Banco de Tejidos Animales, en la UB.
Finalmente, si se decidiera que el esqueleto o cualquier otra parte es de interés científico y se puede conservar, iría a parar a los fondos del Museu de Zoologia de Barcelona.
Antonio Madridejos, Barcelona
EL PERIÓDICO, 25 de noviembre de 2003
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