Espejito, espejito... quién es la más bella (EL DIARIO)

¿Qué tienen en común la modelo Naomi Campbell, la actriz Jennifer Lopez y la muñeca Barbie? Una estrecha cintura, senos firmes y rasgos simétricos. Estas son los elementos que despiertan, según la mayoría de los expertos, el acalorado frenesí en el sexo opuesto. El atractivo femenino consiste en una medida idónea que se obtiene al dividir el tamaño de la cintura por el de la cadera, explicó el investigador Devendra Singh, de la Universidad de Texas. “El coeficiente 0,8 es una señal de buena salud (el resultado por ejemplo de dividir 80 centímetros de cintura por 100 de cadera)”, indicó Singh. “Pero el ideal es 0,7 (para ello se necesita 70 centímetros de cintura y 90 de cadera)”, añadió el especialista, quien cree que una medida menor a ese coeficiente puede indicar enfermedades como diabetes y afecciones cardíacas. Entre una de las “enfermas” estaría la muñeca Barbie ya que su relación cadera/cintura es de 0,54. Una proporción ideal, además de indicar la condición física, es una señal de alta fertilidad, estima Savithri Ekanayake en su estudio “La mujer perfecta”. “Se ha observado que los hombres prefieren las mujeres con el cuerpo similar al de un reloj de arena ya que este cuerpo es uno de los rasgos más salientes de la habilidad de la mujer para procrear”, sostuvo. El contorno de “la muñeca Barbie, asociado con los atributos de belleza, fertilidad y juventud, está intrínsicamente ligado a una concepción universal de la belleza”, agregó. Según los científicos Steve Gangestad y Randy Tronhill, la belleza depende de “la simetría”. Estos expertos afirman que las “personas simétricas” además de ser consideradas bellas, tienen relaciones sexuales con mayor frecuencia. Charles Feng, de la Universidad de Stanford, halló que incluso los bebés observan más detenidamente las fotografías de individuos simétricos. Además de la simetría, “los hombres occidentales se inclinan generalmente por las mujeres con una mandíbula no demasiado pronunciada, una pequeña nariz respingona, grandes ojos y pómulos salientes, rasgos que se asemejan a los de un bebé”, estudió Feng. Las revistas Playboy o Hustler eligen a las mujeres que ilustran sus páginas basándose en estos criterios o en la pura “intuición masculina”. Para escoger una conejita de Playboy, “nos basamos en la simetría, seleccionamos a una mujer proporcionada”, señaló Bill Farley, portavoz de la revista. “Nos interesa que la mujer tenga rasgos pequeños: que los ojos no estén demasiado separados ni que la nariz sea demasiada larga”, señaló. “El cuerpo puede ser muy diferente. No importa que sean altas o bajitas, sí nos fijamos en la redondez de sus senos o en la proporción de su cuerpo”, añadió. Para Feng, sus “conejitas” se transformaron siguiendo la moda. Cada vez más obsesivos con su apariencia física, los estadounidenses no sólo dedican esfuerzos y dinero a cultivar su cuerpo, sino que se someten con frecuencia a cirugías estéticas. Desde 1997 este tipo de intervenciones aumentó en 220%. Según datos recientes, las operaciones más habituales —como liposucción, implante de senos y arreglos en la nariz— fueron remplazadas por inyecciones de botox. Lo que antes sólo estaba al alcance de una estrella de Hollywood, hoy se ha convertido en algo que muchas mujeres pueden pagar, señaló Alan Matarasso, uno de los cirujanos plásticos más conocidos en Estados Unidos. “En la sociedad, la gente atractiva tiende a adaptarse mejor, a ser más popular y a ser considerada como más inteligente. A este fenómeno se lo conoce como el efecto ‘aureola’ (debido a que la perfección es asociada con los ángeles)”, escribió Feng. Quizá es por ello que los estadounidenses gastan más en belleza que en educación. María Lorente, Nueva York EL DIARIO, 18 de noviembre de 2003