Una profesora nicaragüense recorre con su alumno los colegios de varias ciudades españolas para explicar que el derecho básico a la educación no existe en su país.
“El Gobierno no apoya la educación, no se dedican presupuestos suficientes para la educación, no se respeta el derecho a la educación y no hay plazas suficientes para que los niños vayan al colegio”. Lo dice Freddy González, un niño nicaragüense de 13 años. No se trata de una lección aprendida porque todos esos problemas los ha sufrido él mismo.
Freddy lleva dos semanas recorriendo varias ciudades españolas con su profesora, Norma Borge. Su gran facilidad para hablar con profesores y alumnos lo convierte en un portavoz de privilegio para denunciar el difícil futuro que le espera a Nicaragua si no invierte en educación.
La idea de traer a esta profesora y su alumno parte de Entreculturas, una fundación vinculada a los Jesuitas que conoce muy bien los problemas educativos en Latinoamérica y África, que construye aulas, que promueve programas de formación básica y profesional, y que ayuda a numerosas comunidades a mejorar su situación social. En definitiva, realizan el trabajo que debería corresponder a las instituciones públicas.
La facilidad que tiene Freddy para transmitir esta dura realidad se la aporta su propia historia personal, que es la historia de miles de familias nicaragüenses. Su familia vive en un espacio de 40 metros cuadrados. Su padre es jardinero y su madre trabaja cosiendo y atendiendo la casa. Freddy, su hermano y su hermana ayudan a los padres en sus respectivos trabajos para poder sobrevivir. Pero, ¿cuándo van al colegio?
De momento, Freddy y sus hermanos podrán seguir estudiando gracias a la ayuda de ‘Fe y Alegría’, el socio de ‘Entreculturas’ en Latinoamérica que ya cuenta con 1,2 millones de alumnos en 14 países.
Pero este derecho básico a ir al colegio no lo tienen 900.000 niños y niñas nicaragüenses, el 35 por ciento de la población escolar. Este dato significa que el futuro de Nicaragua puede verse hipotecado por falta de una generación con educación y formación.
Profesores, pluriempleados para sobrevivir
Norma Borge, profesora de Freddy con 21 años de trayectoria en la enseñanza, deja que su alumno explique a los niños españoles la importancia del derecho a la educación, como si ella no tuviese más que añadir. Pero cuando las preguntas se dirigen a ella añade algo fundamental: la difícil supervivencia de los profesores.
“Los profesores sólo pueden optar a una plaza en los colegios públicos, pero eso significaría caer en la miseria porque este trabajo no da ni siquiera para la manutención de un hijo”.
Los profesores nicaragüenses tienen que pluriemplearse para sobrevivir. En unos casos, trabajan parte de su tiempo en el colegio público y el resto en el colegio privado. En otros casos, tienen que compatibilizar la enseñanza con cualquier otro trabajo para salir adelante. Y en cualquier caso, su jornada laboral nunca es menor de 12 horas.
Norma Borge ha vivido cuatro Gobiernos diferentes en sus 21 años de enseñanza. “Durante los años 80 –en el que los sandinistas estaban en el poder- hubo un apoyo a la educación y se desarrolló bastante la mentalidad de la mujer y del hombre. Pero desde finales de esta década, todo ha empeorado, tanto en salud como en educación”.
Borge explica otro problema fundamental que atañe a la calidad de la educación. “Hay mucho docente que nosotros llamamos ‘empírico’, porque sale de la secundaria y, como es una mano de obra más barata, el Gobierno les da unos pequeños cursos y ya los pone a trabajar de profesores”. Este es el motivo por el que la organización ‘Entreculturas’ también está llevando a cabo programas de formación del profesorado en estos países.
La profesora Norma Borge y su alumno Freddy González continuarán, hasta el 20 de octubre, recorriendo colegios de ocho ciudades españolas. Esperan que esta experiencia sirva para que profesores, alumnos y, por extensión, la sociedad española valore la importancia de la educación. Porque esta es la única fórmula para que las generaciones posteriores construyan un mundo más justo.
Xosé Ramil,
Canal Solidario, 13 de octubre de 2003