Convencidos de que el arte es una de las mejores formas para entenderse, artistas catalanes y de todo el mundo presentan la fundación Artistas por la Paz, que reunirá a creadores de países en conflicto para que actúen juntos.
La Fundación
Artistas por la Paz lo tiene claro: la música, la fotografía, el cine y las artes plásticas pueden ser frívolas, pero también comprometidas y promotoras de la reflexión. De hecho, la segunda opción es la que ha llevado a un grupo de artistas catalanes, españoles e internacionales a crear esta nueva organización que, convencida de que “no hay enemigos, sino desconocidos”, pretende dar a conocer las diferentes culturas y maneras de pensar a través del lenguaje universal del arte.
La idea de Artistas por la Paz es impulsar una cultura de paz “desde Barcelona” y denunciar la “ridiculez” de las guerras, explica el creador de la iniciativa, Lluís Marrasé. Para ello, la Fundación quiere reunir a artistas comprometidos y procedentes de países en conflicto, para que actúen juntos. El primer encuentro tendrá lugar el próximo mes de mayo, en el marco del Forum Universal de las Culturas, y ofrecerá exposiciones de pintura y fotografía, pases de video-arte, espectáculos de danza y conciertos. Además, reunirá a artistas norteamericanos e iraquíes.
En esta línea y conforme se consolide la actividad de la entidad, los organizadores intentarán hacer coincidir a artistas chinos y tibetanos, marroquíes y saharauis. Todo ello, señala Marrasé, para denunciar los “intereses económicos y geoestratégicos” de los conflictos bélicos “a partir de las propias fotografías, esculturas y canciones, sin necesidad de desarrollar un discurso político”.
La Fundación Artistas por la Paz, que está en proceso de constitución, nace gracias al apoyo de artistas y personalidades de la cultura del Estado español y terceros países. De momento, el núcleo duro e ideológico de la entidad ya tiene cuerpo y el respaldo de una docena de artistas, entre los que destaca el músico Peter Gabriel.
Silvia Torralba
Canal Solidario Catalunya, 29 de septiembre de 2003