Los campesinos decretan el "estado de sitio" y aíslan La Paz para protestar por su marginación económica y social.
Con los rostros cubiertos, viejos fusiles Mauser en alto y con niños cargados en la espalda, tres mujeres y al menos una treintena de varones de Warisata, en el altiplano, declararon su guerra contra el Gobierno de Bolivia, tras los enfrentamientos del sábado con efectivos militares y policiales, que se saldaron con siete muertos. Warisata, sede de la emblemática escuela de maestros rurales de Bolivia a poco más de 100 kilómetros de La Paz, se ha convertido en uno de los focos más conflictivos de la dramática crisis política, económica y social que sacude a esta nación, una de las más empobrecidas de la región.
Las protestas están enraizadas en el rencor indígena ante una discriminación y marginación demasiado prolongada en la historia republicana. Las autoridades bolivianas consideran que este movimiento insurrecto procede de la Normal Rural de Warisata, la escuela donde se han estado impartiendo "contenidos racistas y antirepublicanos", según el viceministro de Gobierno, José Luis Harb. El propio presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, acusó a docentes y estudiantes de la Normal de haber disparado, el sábado, contra la caravana de 800 turistas escoltada por efectivos militares y policiales, rescatada de su obligada retención en Sorata desde el pasado día 14 debido a los bloqueos campesinos. El secretario ejecutivo de los sindicatos campesinos, Felipe Quispe, dijo que sus dirigentes establecieron un "estado de sitio" en el altiplano, medida que supone que no habrá seguridad para ningún uniformado que recorra las provincias de La Paz. Aunque el Gobierno, con once meses de administración, ha asegurado que no permitirá más bloqueos en ninguna de las rutas del país, La Paz permanecía parcialmente aislada ayer debido al cierre campesino de tres de los principales accesos a la ciudad. El cuarto, y más importante, corresponde a la carretera troncal que recorre el país de este a oeste, y tan sólo esporádicamente está expedita por la acción campesina, que vuelve a colocar piedras en cuanto pasan las patrullas militares de limpieza.
La operación militar del Gobierno para rescatar a los turistas retenidos en Sorata ha sido duramente criticada en La Paz. El mayor opositor al Gobierno, el líder cocalero y diputado del Movimiento al Socialismo (que resultó segundo en las elecciones), Evo Morales, exigió la renuncia del ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, como condición previa a un eventual diálogo que plantee el Gobierno para pacificar al país. El jefe del grupo parlamentario del Movimiento Nacionalista Revolucionario -MNR-, partido que lidera el presidente Sánchez de Lozada, anunció la interpelación a los ministros de Defensa y de Gobierno, por actuar a destiempo y sin tino en la operación militar de rescate de los turistas en Sorata.
Mabel Azcui, Cochabamba
EL PAÍS, 23 de septiembre de 2003