CD, DVD y minidisk vírgenes pagan desde hoy un canon a las entidades de gestión (EL CORREO)

Un disco compacto del tipo datos , el más utilizado, se encarece en casi 20 céntimos, lo que supone un incremento sobre su precio de venta próximo al 33% Asociaciones de usuarios protestan por lo que califican de primer paso para otras subidas. Los discos compactos, DVD y minidisk vírgenes estarán gravados desde hoy con un canon con el que se compensará a los autores de obras musicales y audiovisuales por el perjuicio ocasionado por las copias privadas que con ellos realicen los particulares. Ese canon, que va desde los 13 céntimos por hora de los discos compactos del tipo datos hasta los 70 para los DVD vídeo, fue pactado hace un mes entre seis entidades de gestión de derechos (SGAE, AIE, EGEDA, AISGE, DAMA y Cedro) y Asimelec, la asociación sectorial que reúne al 80% de los fabricantes e importadores de ese material. El acuerdo fija cantidades algo superiores para algunos soportes a partir de 2005 y se plasmará desde hoy en una subida de 19,7 céntimos para el disco compacto de datos , el más utilizado con enorme diferencia, lo que supone un aumento de precio de aproximadamente un 33%. Con el pacto entre representantes de los autores y los fabricantes se zanja un debate que desde hace meses estaba en los juzgados y en el que los últimos parecían abocados a la derrota. De hecho, hay ya cinco sentencias condenatorias que obligan a otras tantas empresas a pagar 24 céntimos por cada compacto fabricado desde 1997. En todas esas sentencias se parte de que si la Ley de Propiedad Intelectual fija un canon a las cintas de casete (18 céntimos por hora) y de vídeo (30 céntimos/hora), debe hacerse lo propio con CD, DVD y minidisk (soportes que en el momento de aprobación de la norma aún no existían), al tener el mismo uso que aquéllas. En virtud del acuerdo, las entidades de gestión se comprometen a retirar o paralizar las demandas presentadas. Otros países de la UE ya han establecido cánones similares para este material informático, aunque quedan cinco que aún no lo tienen. Sin embargo, el acuerdo no ha contado con el visto bueno de las asociaciones de consumidores (la OCU ya se oponía al canon para casetes y cintas de vídeo), ni de las de internautas y usuarios de ordenador. La razón fundamental es que afecta a todos los compradores, con independencia del uso que den a ese material. Entienden que los discos compactos sirven para hacer copias de seguridad del contenido de los ordenadores y almacenar datos, textos e imágenes, entre otras utilidades ajenas a la creación artística. La SGAE, la entidad de gestión más importante y la más activa en la reclamación de esta medida, ha explicado que esos usos justifican que el CD de datos tenga un canon muy inferior al de audio , de utilización exclusiva para la grabación de música. Pero sostiene, basándose en un estudio realizado por una empresa especializada, que tres de cada cuatro compactos de datos terminan almacenando música, por más que planteen pequeñas dificultades para la grabación (algunos equipos tienen problemas para leer compactos de determinadas marcas, y en cualquier caso el tostado debe hacerse a velocidad baja). Pero no es cierto, como sabe cualquier propietario de ordenador, que los CD de datos resulten inútiles para grabar música, lo que Asimelec sostenía hace apenas unos meses. Confusión y temor La polémica se desarrolla en medio de la confusión, dado que algunas fuentes comentan que se trata de una forma de lucha contra la piratería, cuando son asuntos que nada tienen que ver. El canon se establece por la copia para uso privado, mientras la piratería consiste en la venta de copias sin autorización de los titulares de los derechos y que no suponen remuneración alguna para éstos. En cambio, las asociaciones de usuarios (ha aparecido una plataforma que se llama Sincanon , pero hay bastantes más) no hablan de piratería. Sus argumentos se basan en el ya citado uso de los CD para almacenar archivos que no generan derechos de autor. Temen además que el canon sea sólo el primer paso de una escalada que podía terminar en gravámenes para los discos duros de los ordenadores (puesto que pueden almacenar música) o en nuevas cargas para los compactos. Consideran que se ha fijado una cantidad en función de los minutos de música que en el formato común entran en un compacto (hasta 80). Pero si el formato es el MP3, cada vez más extendido, en un CD pueden guardarse unas 12 horas en calidad estándar, y muchas más si es el MP3pro. Ello podría llevar, sostienen, a que en el futuro, con los argumentos de ahora, se fije un canon diez o más veces superior, dado que el soporte permite almacenar toda esa música. De momento, muchos usuarios han hecho adquisiciones masivas de discos compactos en los últimos días para eludir así el sobreprecio. Aún hay tiempo: el material enviado a las tiendas por fabricantes e importadores con anterioridad no tiene gravamen. Los más radicales tienen otra opción: la Asociación de Internautas ha anunciado que hoy pondrá en la Red un modelo de formulario para reclamar la devolución del canon cuando pueda demostrarse que los CD no han sido usados para nada relacionado con la creación artística. César Coca, Bilbao EL CORREO, 1 de septiembre de 2003