Siete países europeos presentaron una queja por lo que calificaron como un intento de aumentar el número de burdeles en Atenas durante los Juegos Olímpicos de 2004.
Según los ministros, la medida es incompatible con el espíritu olímpico.
Ministros de Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia, Estonia, Letonia y Lituania firmaron una carta en la que protestan por una petición para elevar el número de licencias para los prostíbulos de la capital griega.
Sin embargo, la alcaldía de Atenas tiene otra versión.
"Queremos poner algún orden en este tema. La mayoría de los burdeles que hay en la ciudad ahora son ilegales. Queremos que los burdeles existentes sean legales, y que los que no, que cierren. Ya hemos cerrado quince. Esto no tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos", dijo el vicealcalde Theodoro Skilakakis.
Oficio antiguo
Sin embargo, para los ministros firmantes de la carta la medida no tiene nada que ver con los ideales olímpicos.
"Esto llevará a que más mujeres sean explotadas y abusadas", reza la carta liderada por Margareta Winberg, vice primera ministra y ministra de Igualdad de Género de Suecia.
"Esperamos poder ponerle alto a la expansión de los burdeles e iniciar un debate sobre si utilizar a niñas y mujeres de esta manera está de acuerdo con el espíritu olímpico", dijo Winberg.
La prostitución es legal en Grecia; las prostitutas registradas tienen derecho a exámenes médicos regulares y aportan a la seguridad social.
Y es que, en Atenas, el tema de la prostitución no es nada nuevo: en los tiempos de los dioses del Olimpo, los burdeles eran parte de la vida cotidiana.
BBC, 24 de julio de 2003