UN NUEVO ESCENARIO.
En el mundo del fútbol, las cosas están cambiando rápidamente y nos tenemos que ir acostumbrando a vivir situaciones que antes eran impensables. Por ejemplo, que un club proponga una rebaja de ficha en un setenta por ciento a un jugador y éste lo acepte. O que un club como el Madrid eche al entrenador campeón a las veinticuatro horas de haber ganado la Liga. O que un club modesto, el Murcia, prescinda del técnico que le ha llevado a Primera División. O que a un jugador que era santo y seña en un vestuario como capitán y líder carismático, Hierro, le den el portazo cuando le habían prometido dos años de renovación. Como pueden ver, decisiones imprevisibles hace unos años cuando los clubs tiraban de talonario como si fueran el Banco de España y los futbolistas hacían contratos que parecían atracos. Pero la cosa no quedará aquí. Para cuadrar los presupuestos y los directivos evitar que sus avales sean ejecutados, podemos ver a algún futbolista en Magistratura, pues más de un club está pensando seriamente en la posibilidad de despedir por bajo rendimiento a algunos de sus privilegiados empleados.
LOS DESCARTES.
No es normal que los futbolistas tengan la sartén por el mango y los clubs sean víctimas de la situación. Sin citar ningún nombre para no ofender a nadie, no descarten la hipótesis de que el Barça, si no puede traspasar o ceder a sus descartes, plantee un escenario más radical. Hay más de un jugador que lleva dos o tres temporadas cobrando más de 300 millones de las antiguas pesetas y no ha jugado más de cinco o seis partidos. Esto es un abuso y una inmoralidad laboral. El problema es que tienen un alto contrato y prefieren seguir en el Camp Nou cobrando sin jugar que ir cedidos a otros equipos donde quizá quedarían en evidencia. Que nadie olvide que Lopera dio la baja a Cuéllar y el Betis ganó en Magistratura. Contratos firmados hace varias temporadas ahora son inviables, no sólo por su coste sino también por el bajo rendimiento de los jugadores, con el agravante de que algunos llevan una vida privada nada aconsejable para un deportista.
CORTAR POR LO SANO.
El día que un club grande proceda así contra un profesional y gane la partida en el Juzgado, muchas cosas cambiarán en el mundo del fútbol. Sería un precedente que marcaría un antes y un después definitivo. Cuando leemos cada día en la prensa que grandes compañías despiden por problemas económicos a parte muy importante de una plantilla, no se entiende que los futbolistas sean intocables, y más cuando algunos ganan en un año más que un trabajador en toda su vida. Se ha llegado a un punto que no quedará más remedio que cortar por lo sano.
Josep Mª Casanovas
SPORT, 12 de julio de 2003