Afganistán: La comunidad internacional no debe olvidar las prisiones (AMNISTIA INTERNACIONAL)

Kabul.- «Es un fracaso de la comunidad internacional, que se ha comprometido con la reconstrucción de Afganistán, la escasa atención que está prestando al sistema penitenciario y a su reconstrucción con arreglo a las normas internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario», afirma Amnistía Internacional en su informe titulado Afghanistan, Crumbling prison systema desperately in need of repair, presentado hoy. La organización llama de nuevo la atención sobre los problemas que padece el sistema de justicia penal de Afganistán, que lo incapacitan para proteger los derechos de todos, y pide a la comunidad internacional que apoye a la Administración Afgana de Transición y asuma un compromiso a largo plazo con los derechos humanos basado en la reconstrucción de las prisiones de Afganistán. «En todo el país, hombres y mujeres sufren en reclusión, privados no sólo de su libertad, sino despojados también de su dignidad», declaró Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, durante la conferencia de prensa celebrada en Kabul. Los reclusos permanecen meses en celdas masificadas, algunos de ellos con grilletes, sin comida ni camas suficientes, y en condiciones higiénicas precarias. Los edificios carcelarios están en estado ruinoso y no están preparados para albergar a reclusos de forma segura y digna. «Hay que prestar atención a la reconstrucción de las prisiones de todo el país, no sólo de Kabul», subrayó la organización. El personal penitenciario también está afectado por la falta de recursos destinados a las prisiones. Sin salario y sin formación en derechos humanos, el personal no está preparado para desempeñar sus funciones y no es consciente de la importancia del papel que desempeñan en la protección de los derechos de todas las personas privadas de libertad. Mientras realizaba su investigación en Afganistán, Amnistía Internacional recibió informes de malos tratos y torturas, incluidas denuncias de abusos sexuales. «Hay que exigir que rindan cuentas a todos los que trabajan en el sistema de justicia penal, incluido todo el personal penitenciario, para atajar el clima de impunidad que ha podido prevalecer en Afganistán durante más de 20 años. Un organismo independiente de vigilancia es una herramienta esencial para garantizar la protección de los derechos de todas las personas privadas de libertad», prosiguió Amnistía Internacional. «Hay que aprovechar la oportunidad de romper con el pasado, cuando las violaciones de derechos humanos eran generalizadas en las prisiones de todo el país.» Especial preocupación suscitan los informes sobre centros de detención no oficiales, gestionados por agentes estatales y no estatales, en los que se están infligiendo torturas y malos tratos. «Todos los centros de detención no oficiales deben ser clausurados de inmediato. No se puede permitir que se desarrollen estos agujeros negros legales en un país que intenta establecer el Estado de derecho -subrayó Amnistía Internacional-, y la comunidad internacional debe apoyar a la Administración Afgana de Transición transmitiendo el enérgico mensaje de que no se tolerarán estos centros.» «Sin la asistencia y el apoyo a largo plazo de la comunidad internacional la Administración Afgana de Transición no podrá reconstruir su sistema penitenciario, literalmente destrozado tras más de 20 años de guerra.» Amnistía Internacional insta a que la reconstrucción del sistema penitenciario conforme a las normas internacionales de derechos humanos y el derecho internacional humanitario sea una prioridad para la Administración Afgana de Transición, con el apoyo de la comunidad internacional. Un sistema penal funcional que acate las leyes y las normas internacionales exige el funcionamiento eficaz de todos los sectores conexos, incluidos policía, prisiones y tribunales. El sistema nunca tendrá éxito a menos que se aborden todos los aspectos y se inicie y lleve a cabo la reforma apropiada. AMNISTIA INTERNACIONAL, 9 de julio de 2003