Un estudio revela que los ataques al corazón entre los hinchas aumentan un 30% cuando pierde en casa su equipo local.
MADRID.- El fútbol no es bueno para la salud. Hasta un 30% se incrementan las muertes entre los hinchas cuando su equipo de fútbol pierde en casa, un alto porcentaje que difícilmente es atribuible a la casualidad. Los infartos y todo tipo de accidentes cerebrovasculares aumentan, sobre todo, entre los espectadores masculinos.
En la investigación que recoge estos datos, publicada en el Journal of Epidemiology and Community Health, se utilizaron los resultados de 1.094 partidos, celebrados entre agosto de 1994 y diciembre de 1999, y la mortalidad en las fechas que se celebraban en cuatro zonas de Inglaterra (Newcastle y North Tyneside, Sunderland, Tees y Leeds).
El científico Bill Kirkup, de la Universidad de Durham, y su equipo contrastaron las cifras de infartos con los días de partido y los resultados. Las conclusiones no dejaron lugar a dudas: los fallecimientos de mujeres no variaban en función del fútbol, pero entre el género masculino se incrementaban las bajas cuando su equipo perdía en casa. En los centros sanitarios de Sunderland las muertes por accidentes cerebrovasculares e infartos aumentaban hasta un 66% si el once titular del Sunderland AFC no marcaba los goles suficientes para ganar. En estos días, los varones de esta región tenían 1,63 probabilidades más de morir por infarto que los tres días anteriores o posteriores al encuentro futbolístico.La media de aumento entre las cuatro zonas investigadas alcanzaba al 30%.
Expectativas frustradas
«Dos son las razones por las que esto se produce: una, porque los hinchas tienen más expectativas de victoria si su equipo juega en casa; y otra, que son más los que van al estadio y ven la derrota en directo», afirma Kirkup.
Su investigación es la primera realizada durante un largo periodo -cinco años- y confirma lo que ya se había comprobado en partidos puntuales. Por ejemplo, en la eliminación de Inglaterra ante Argentina del Mundial de 1998, cuando murieron 55 británicos infartados, un 25% más que la media. O el enfrentamiento entre Francia y Holanda de la Eurocopa del 96, que acabó con 14 bajas entre la población holandesa durante los penaltis.
En Madrid, los servicios de urgencia del Samur tan sólo recuerdan cuatro incidentes cardiacos. Uno de ellos, en el Vicente Calderón, cuando el Atlético de Madrid bajó a Segunda División. «El corazón es sensible a todos las emociones y es díficil de controlar, así que en un estadio, donde ocurren cosas que nos afectan y en las que no podemos intervenir, se genera una tensión que puede acabar en infarto», asegura José María Cruz Fernández, presidente de la Sociedad Española de Cardiología. De hecho, Cruz Fernández recomienda «no ir al fútbol a quien esté delicado del corazón».
Rosa M. Tristán
EL MUNDO, 18 de junio de 2003