MADRID.- La interminable batalla legal por el dominio sex.com, una de las webs pornográficas más visitadas, al fin ha terminado. La guinda al culebrón la ha puesto la Corte Suprema de EEUU, que desestima un recurso del 'cyber-squatter' Stephen Cohen y ratifica que sex.com es del primero que lo registró, Gary Kremer. Esta sentencia puede sentar un precedente acerca de la propiedad de direcciones web.
La cadena BBC informó de que la Corte entiende que Stephen Cohen usurpó la dirección y estuvo lucrándose de ella durante cinco años, teniendo en cuenta que los ingresos de puede generar este dominio por publicidad ascienden a 500.000 dólares al mes.
El rechazo del recurso de Cohen contra la condena que le obligaba a pagar 65 millones de dóares pone fin a seis años de proceso.
El caso es visto por los expertos como clave, ya que determina que la empresa dedicada a gestionar dominios tiene la responsabilidad de salvaguardar la propiedad de los mismos, y otorga a los dominios la misma importancia de cualquier bien material.
El problema de las compensaciones
Pese a lo relevante del caso, Kremen tendrá muy difícil cobrar las indemnizaciones millonarias a las que tiene derecho, e incluso para que las costas de los sucesivos juicios le sean reembolsados: Cohen permanece huído en México como fugitivo.
Por otro lado, es muy difícil forzar a Verisign para que acepte su responsabilidad en el caso, y demostrarlo en los tribunales puede ser igual de complicado.
Verisign mantiene que los nombres de dominio no pueden ser considerados como propiedad legal. No obstante, si pierde las acciones legales tal y como los expertos legales esperan, Verisign podría afrontar una enorme factura legal, con multas de casi 200 millones de dólares.
Una larga historia
Todo comenzó cuando el empresario Gary Kremen registró el nombre por primera vez en 1994 en la compañía VeriSign. Sin embargo, Stephen Cohen consiguió robarle el dominio, enviando a Network Solutions (que ahora es propiedad de VeriSign) una carta falsificada que autorizaba la transferencia del dominio a su nombre.
En noviembre de 2000 quedó probado que Cohen había cometido un delito de fraude, un fraude que, en abril de 2001, la justicia volvió a ratificar y que acompañó con 65 millones de dólares (66,2 millones de euros) que Cohen debía pagar a Kremen en concepto de daños y perjuicios.
Los abogados de Gary Kremen se preguntaban por qué VeriSign no comprobó con una simple llamada de teléfono o un correo electrónico la aprobación personal de Kremen a la transferencia, sobre todo tratándose de un dominio tan jugoso para muchos empresarios como 'sex.com'.
EL MUNDO, 16 de junio de 2003