• Los equipos de rescate no habían podido llegar ayer a varios pueblos situados al este de Argel.
• Los socorristas extrajeron con vida de las ruinas a 12 personas dos días después del terremoto.
Las autoridades argelinas, desbordadas por la falta de medios y la magnitud del desastre provocado por el grave seísmo que afectó la noche del miércoles a la capital y sus alrededores, casi se limitaban ayer a proseguir con su macabra contabilidad de víctimas que ayer alcanzó estos guarismos: 1.600 muertos y 7.207 heridos. Todo ello rodeado de una viva polémica al revelarse que algunos pueblos se encontraban ayer totalmente aislados y que sus víctimas habían sido simplemente ignoradas.
"El recuento va a incrementarse", alertó el jefe del Gobierno, Ahmed Uyahia. "El seísmo ha afectado a una megápolis con una alta concentración de población", argumentó para explicar el elevado número de fallecidos. Los socorristas apenas pudieron rescatar ayer a 12 personas, entre ellas dos niñas de 2 años, dos días después del terremoto.
Mientras, familiares y conocidos de las víctimas que no figuraban en las estadísticas denunciaron ayer en las emisoras locales que muchos muertos y heridos por el seísmo fueron ignorados voluntariamente o por error. La sacudida telúrica dejó incomunicados a algunos pueblecitos situados al este de Argel, donde al final de la tarde no habían podido llegar los equipos de rescate.
PRONÓSTICOS AMARGOS
Protección Civil y las prefecturas de Argel y Bumerdés, las más afectadas, adelantaron que la cifra total de víctimas mortales rondará las 2.000.
Los damnificados padecieron ayer una jornada de pesadilla, después de haber pasado la noche en la calle por miedo a las réplicas, algunas de las cuales se dejaron sentir incluso en los hoteles del centro de Argel. Todos ellos se concentraron en las mezquitas que, por ser viernes y día de plegaria, vivieron una jornada de recogimiento y oración mientras los fieles enterraban a sus muertos.
En la capital, Argel, la cifra de víctimas superaba anoche los 650 muertos y más de 4.000 heridos. Los hospitales, totalmente desbordados, multiplicaban los llamamientos en favor de la solidaridad. Ante la falta de sangre, medicamentos, gasas y simples desinfectantes, las autoridades ordenaron la apertura permanente de las farmacias.
La ayuda internacional se volcó en Argelia y, a lo largo del día, siguieron llegando equipos de España, Francia, Italia, Alemania, Japón, Túnez, Libia, Marruecos, Rusia y la República Checa. El desfile de aviones militares, que bloqueó ayer el aeropuerto de Argel, se prevé que prosiga hoy.
DESCOORDINACIÓN
Además, la supuesta "excelente coordinación argelina", tan cacareada por las autoridades, lo que hizo en realidad fue bloquear la intervención de los equipos de socorro extranjeros equipados con aparatos y perros, mientras la población sólo podía luchar con las manos desnudas contra toneladas de ladrillos y cemento.
Los efectos del seísmo, además de causar problemas de suministro de electricidad, agua y gas, provocaron la ruptura de los cables telefónicos submarinos, dejando prácticamente aislada la capital.
Montse Capdevilla, BUMERDÉS / ENVIADA ESPECIAL
EL PERIÓDICO, 24 de mayo de 2003