Los partidos políticos afinan sus mensajes al ritmo de la calle de cara a las elecciones del 25 de mayo. Este fin de semana comienza la precampaña y todos intentan empaparse de la imagen fresca de los grupos jóvenes para conectar con los dos millones de nuevos votantes.
LA ERÓTICA DEL PODER. Quieren tu voto, lo desean, lo ansían con ardor guerrero, sueñan con él en los esporádicos letargos que permite la vorágine de la campaña: el sobre blanco penetrando lujurioso por la ranura y hasta el fondo, como semilla fecundadora en forma de papel impreso que esconde en negrita su mayestático nombre. Ahí fuera hay todo un mundo de candidatos y banderas y colores y siglas. Y música, claro, todo vale para convencer al votante. Las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo tendrán su particular banda sonora, un rizado mogollón de acordes secretos que iluminen cada dentrita del coco de cada uno de los votantes del censo entero y verdadero. Y será una banda sonora juvenil y moderna, de rock y rap, de calle, carretera y manta. Que para eso van a ser las elecciones de mayor compromiso juvenil desde hace mucho tiempo.
Según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, este año habrá casi dos millones (1.988.147, exactamente) de electores nuevos con respecto a los últimos comicios municipales y autonómicos, los de 1999. O sea, una entrada de juventud cual chorro salvaje de vaporetta, factor que apuntaría a un hipotético giro a la izquierda. Una encuesta reciente del Instituto Gallup revela que el 30% de los jóvenes que hubieran votado al PP en las Generales de 2000, pero que no pudieron hacerlo por la edad, se decantaría ahora por el PSOE. El pulsómetro de Cadena Ser, en un sondeo del 7 de enero, ofrece datos similares: el 24% de los jóvenes entre 18 y 25 años votaría al PSOE y el 11% al PP. Justo un año antes la intención de voto era completamente diferente (un 20% a favor de los populares y 15%, de los socialistas).
Lo cierto es que es muy difícil encontrar iconos juveniles que respalden una candidatura. Fichar a algún grupo o artista para alegrar el mitin y revestirse de modernidad (ya sea contratado o por convicciones) siempre ha sido un método recurrente, pero muchos partidos, nacionales y autonómicos, aún no han anunciado apenas nada al respecto. La campaña comienza oficialmente con la pegada de carteles en la madrugada del 8 al 9 de mayo, pero a día de hoy, Convergencia i Unió, Partido Nacionalista Vasco, Partido Andalucista o Iniciativa Per Catalunya no pueden citar un solo músico joven que vaya a actuar o respaldar sus candidaturas. El PP sólo sabe que su cierre de campaña en Madrid lo amenizarán los franceses
Goldenfinger con un espectáculo de música e imagen que contrarreste con frescura y dinamismo su bajada de popularidad. El Bloque Nacionalista Galego optará por bandas locales de folk.
MERCADO DE FICHAJES. Uno de los primeros en espabilar ha sido el PSOE. Por un lado confirmó que la campaña de Trinidad Jiménez a la alcaldía de Madrid llevaría como himno el
Mírala de
Suburbano que hiciera famoso Ana Belén; y recientemente ha desvelado también haber contratado al quinteto de pop rock
Melon Diesel, gibraltareños con pasaporte británico, para cinco o seis mítines en Andalucía (empezando por el de mañana sábado en Málaga).
Su líder, Guy, explica su posición:
«Nosotros hacemos nuestro trabajo: vamos para ganar pasta y punto. Ahora bien, aunque no me siento vinculado con el PSOE, sí estoy identificado con su posición contraria a la guerra y contra el horroroso PP de Aznar».
Luis Mendo, mitad del dúo madrileño, explica que la idea de regrabar su conocida canción y adaptar la letra para Trini partió de ellos, como respuesta a la gestión del actual edil, Álvarez del Manzano.
«Hay que hacer lo que sea para desalojar a los que han secuestrado a la cultura. Nuestra decisión es sobre todo en contra del PP y de sus maneras autoritarias e insensibles, contra esa cultura cutre y chabacana. Trini además no representa al PSOE de siempre, sino que es fresca, tiene ideas y nos cae bien».
BUSCANDO UN IDEAL. También es candidato a la alcaldía de la capital José María Mendiluce, líder de Los Verdes. Su canción de campaña,
Armando el amor, ha sido cedida por Loquillo, mientras ha tirado de un rapero de Torrejón para conocer los problemas de la calle.
Frank T:
«A mí no me va mucho la política, no soy un experto y aunque en mis letras trato problemas políticos o sociales, lo hago como cuando charlas en un bar o con un amigo. Mendiluce me insistió mucho que quería conocerme y que le contara problemas que pueda tener la gente joven, saber en qué tenía que hacer hincapié si llegaba a alcalde. Intentó incluso convencerme para que me involucrara activamente en su candidatura, pero yo no valgo para eso».
Izquierda Unida ha contratado a
Macaco para un concierto de sus juventudes en Madrid el 7 de mayo. Sin embargo, los mayores exponentes de la coalicón podrían ser
Samba da Rúa, un grupo musical que actuará antes que los catalanes y que ha amenizado con sus rugientes ritmos las manifestaciones contra la guerra de los últimos meses. Por su parte, Macaco se aleja bastante de cualquier posición partidista:
«Yo tengo 31 años, voy a votar por primera vez porque creo que hay que acabar con despropósitos como los que han pasado este último año. En realidad no sé a quién votar, supongo que a algún partido ecologista».
Persistentemente, los sondeos sobre posicionamiento político sitúan a los jóvenes en el centro (25,7%, según la último encuesta trimestral del Injuve) o centro-izquierda (23,4%), sin casi decantarse por las opciones más extremas (un 7% en la izquierda y sólo un i% en la derecha). Todo parece apuntar a que los acontecimientos de los últimos meses pueden estar provocando un cambio en la mentalidad de una juventud hasta ahora inconsciente en cuanto a temas políticos y que, en muchos casos, está perdiendo la virginidad a la hora de tomar la acción a nivel de calle. Las protestas contra la LOU, la huelga general del 20-J, el caso Prestige y el rechazo a la guerra en Irak, en palabras del politólogo Jorge Benedicto, revelan que los españoles vuelven a ser «activos y responsables».
Pero los músicos que se mojan activamente son minoría. Todos dudan muy mucho si decantarse por una opción específica, ya sea por miedo a perder compradores potenciales o, simplemente, porque no encuentran un partido que les represente. Jorge Drexler ha actuado en actos contra la guerra, pero no ha sacado unas conclusiones muy optimistas.
«Yo condeno totalmente la actitud del PP, pero tampoco apoyo a la oposición, que ha intentado sacar ventaja política de algo tan dramático. Los partidos políticos nunca me han gustado, yo creo que si quieres implicarte y denunciar una injusticia, lo tienes que hacer sin pedir nada a cambio».
Otro decepcionado es
Carlor Jean, el DJ y productor gallego que desde hace varios años ha sido relacionado con el PP por su remezcla del himno pepero para un anuncio televisivo.
«Hago trabajos de ese tipo para spots de grandes empresas, así que fue uno más, eso sí, muy bien pagado. A mí estas elecciones me parecen todo mentira, la misma basura de siempre. Ya no me puedo creer nada, unos por la corrupción y otros por el poder absolutista han hecho que pierda toda la ilusión hacia la política. Lo más probable es que vote en blanco».
JUGANDO A LA CONTRA. Y luego están los anti. Como opina el sociólogo Carlos Malo de Molina, una actitud característica de los jóvenes.
«El voto joven es siempre más rupturista y dinámico, así que no creo que vaya a haber un giro a la izquierda en las próximas elecciones, sino uno a favor del cambio: los electores jóvenes se cansan de ver siempre las mismas cosas». Igualmente, muchos artistas no se decantan por ningún partido, pero sí critican la gestión del Gobierno.
Julián Hernández, líder de los gallegos
Siniestro Total, comenta a cuenta del Prestige:
«Ha sido increíble la incapacidad e incompetencia en la gestión. Hay responsables concretos, sobre todo del PP, pero por ejemplo el alcalde del PSOE de A Coruña (Francisco Vázquez) también puso su granito». El donostiarra
Álex Ubago rehúye apoyar a ningún partido
(«Yo a la gente no le tengo que decir nada a ese nivel, canto sobre sentimientos»), pero se queja de la participación española en el conflicto de Irak.
«Es acojonante que el señor Aznar nos haya metido en esto sin hacer caso a la gente».
Ésta también es la postura de la Plataforma Cultura Contra la Guerra, cuya sección musical se reúne este lunes y podría decidir pedir el voto de castigo contra el PP con eslóganes como
«Con estos nunca más» o
«No con mi voto».
El grupo
Siempre Así no opina lo mismo y es uno de los escasos representantes jóvenes que apoya la gestión popular. Rafa Almarcha:
«España ha crecido una barbaridad económicamente y, aunque ha habido una mejoría a nivel mundial, el Gobierno ha facilitado que ese viento a favor nos favorezca más. Además han tenido acciones muy buenas como fomentar la unidad nacional y mantenerse firmes contra el terrorismo. Estas elecciones son especiales porque están muy afectadas por el tema de la guerra, pero eso no tiene nada que ver con unos comicios municipales». La banda de Triana ha actuado en anteriores elecciones en mítines del PP (también se hizo famoso su bolo en la boda Agag-Aznar), pero esta vez no les han contratado.
«Nuestra relación es profesional y luego cada uno en la banda vota lo que le parece».
Punto y aparte es el peliagudo País Vasco, donde precisamente el sábado 19 un macroconcierto servía de respaldo a la plataforma AuB con la participación de
S.A.,
Hamlet,
Gatibu y
Berri Txarrak. Gorka es guitarrista y cantante de éstos:
«Era una fiesta más de rechazo a la Ley de Partidos que otra cosa. Nunca hemos sido un grupo político o que apoye a un partido, sino que apoyábamos unas ideas».
Los especialistas creen de todos modos que la tendencia de voto es tan voluble como las modas. El filósofo y sociólogo Antonio Escohotado se muestra muy ecéptico:
«La acción callejera lleva un componente de jolgorio popular tan fuerte que no me atrevo a decir nada. Me dio la sensación de que la manifestación de Nunca Máis en Madrid (el pasado 23 de febrero) no se distinguía en nada del San Canuto Cañamero». Para Escohotado,
«las cosas ahora duran una o dos semanas».
Quizás lo que suceda sea eso que explica el escritor gallego Suso De Toro (que recientemente ha publicado una colección de artículos con el título Nunca máis):
«Vivimos en un mundo nuevo pero sólo tenemos las viejas ideas y las viejas palabras para comprenderlo».
No sería arriesgado apuntar la influencia que en todo esto puede tener la adopción de la estética de la rebeldía política por parte de los iconos de la cultura juvenil. La canadiense Naomi Klein, autora del best-séller
No Logo, ya se ha encargado de denunciar la sutil apropiación de los clichés antisistema por parte del propio sistema, y eso probablemente incluya a formaciones políticas ávidas de capturar el voto joven. Según Malo de Molina, eso siempre ha interesado:
«Vivimos una cultura en la que cada vez es más importante y revaloriza una estética de la juventud».
LA LUNA
EL MUNDO, 25 de abril de 2003