El Reino de Dios también cobra entrada. Hay que pagar para ver al Papa. Los Papa boys que quieran asistir al encuentro con el Santo Padre, el día 3 de mayo, en el aeródromo de Cuatro Vientos, tendrán que desembolsar entre 10 euros para los menores de 30 años y 20 euros para los mayores de dicha edad.
En el precio está incluida la entrada, la credencial y la bolsa del peregrino, que consta de mochila, gorra, CD, rosario y libro de oraciones. Con la comida y la cena, que también se puede contratar en el mismo paquete y que se despacharán en los locales de la cadena McDonald's, la inscripción sube a 30 y 40 euros, respectivamente.
Según el Arzobispado de Madrid, se trata de «cantidades módicas con las que contribuir a la financiación de unos actos que van a contar con 1.500 voluntarios». El objetivo de estas tarifas no es, pues, hacer caja, pero sí aprovechar la coyuntura para repartir los gastos que ocasiona la visita papal a la archidiócesis madrileña.
Y es que Juan Pablo II, una de las figuras más rentables de la moderna mercadotecnia, atrae no sólo a los fieles, jóvenes y mayores, sino también a las más variadas empresas, dispuestas a patrocinar el viaje de un Papa anciano pero que sigue seduciendo a los más jóvenes. Y muchas de ellas, como McDonald's, aportan suculentos donativos a las arcas del arzobispado.
Gastos pagados
De todas formas, y para que el dinero no suponga un inconveniente para ningún joven, muchas diócesis españolas pagan los gastos de viaje, alojamiento e inscripción de todos sus peregrinos. El caso es alcanzar la mágica cifra de los 500.000 Papa boys.Por eso, aunque el plazo de inscripción ya ha terminado, la página web del Arzobispado de Madrid sigue animando a los jóvenes a que acudan. «Aunque no estés inscrito, ven a Cuatro Vientos.Aprovecha la oportunidad de orar con el Papa. Podrás inscribirte allí mismo».
Monseñor Asenjo, máximo organizador del viaje papal, asegura que el coste total de la visita de Juan Pablo II será de 1,5 millones de euros. Una cifra más bien modesta y que no va a gravar para nada las arcas de la Iglesia ni del Arzobispado de Madrid. Los cuantiosos gastos de seguridad corren a cargo de la Administración pública, encargada de proteger como se merece al jefe del Estado vaticano.
Numerosas empresas privadas y cinco congregaciones religiosas (Jesuitas, Teresianas, Angélicas, Carmelitas y Hermanas del Sagrado Corazón), a las que pertenecen los santos que va a canonizar el Papa, corren con los gastos de infraestructura. Y lo hacen encantadas, porque la canonización a domicilio siempre sale más barata que las de Roma. El negocio económico le va a salir, pues, redondo a la Iglesia española. El importe de la colecta de la misa de las canonizaciones se le va entregar al Papa «para sus obras de caridad».
José Manuel Vidal
EL MUNDO, 27 de abril de 2003