El cantautor madrileño Quique González ha roto su vinculación con la discográfica Universal en una carta donde saca a relucir los trapos sucios de la industria.
El compositor ha manifestado haberse sentido estafado, engañado y ser víctima de un sistema más preocupado por las operaciones de marketing y las ventas millonarias que en el propio arte de la música.
A continuación adjuntamos la carta que Quique González nos ha hecho llegar, de la que, por motivos de espacio, hemos extraído los párrafos más representativos:
"/.../ La música está perjudicada por el sistema. Hemos llegado a una situación en la que la falta de respeto, la comercialización salvaje y la falta de escrúpulos hacen difícil encontrar algo de verdad en el panorama. Hoy sería muy difícil para mi hallar los referentes artísticos que me hicieron agarrarme al sueño de ser músico. Nunca entendí la música como una competición. Ahora tenemos una generación entera que ha concebido la música como una carrera de caballos. Así es imposible construir nada. Ya está podrido de raíz.
Yo quise ser músico porque me volvían loco las canciones que escuchaba cuando me empezaron a gustar las que escribía me puse a tocar sólo en bares. Ocho años después me he encontrado con la esencia de mi oficio al volver a hacerlo. Por primera vez siento que me gano la vida dignamente como músico. Llevo tres meses en la carretera, viajo con mi teclado y mi guitarra. Nunca había aprendido tanto. He tenido mucho tiempo para pensar, y después de abandonar mi compañía de discos por voluntad propia, repaso mi experiencia en la industria y desde que grabé mi primer disco, Personal, en el 98, he pasado por ser una promesa, un desecho, un retorno esperanzador y una tercera oportunidad.
Desde el principio intenté ganarme el respeto y soy de los que puede decir que ha grabado siempre las canciones que ha querido, con la gente que yo he elegido para trabajar. Estaría bueno. En el primero se pasaron para decir que íbamos a vender 400.000 copias (vendimos cinco mil), el segundo lo grabamos en una habitación de 4m2 en casa de Carlos Raya. Se lo dimos hecho. En el tercero el director artístico de la compañía sólo dejó dos botellas de champán en el congelador. Todos los gastos de grabación corrieron a cuenta de mis royalties, es decir yo pagué por un disco que como los otros ahora es propiedad de gente que ni siquiera conozco. ¿Alguien estaría dispuesto a pagar por algo que nunca va a ser suyo? Nuevos contratos creativos. Es verdad que pude no haber firmado ése contrato, pero ya estábamos a mitad de la grabación y quise mantener los compromisos con mi equipo y el concepto inicial del disco. Se puede comprobar.
Con mi anterior compañía las he visto de todos los colores. Han llegado a regalar mis discos sin darse cuenta. He sentido que me sacaban la navaja al señalarme con el dedo una cláusula del contrato. Siempre he trabajado para ellos con dignidad y profesionalidad. He sido exigente, pero no me considero un tipo conflictivo. Y me tomo mi trabajo muy en serio. No quiero estar a hostias todo el día con una compañía, pero si ves que te la están colando siempre, se te hace muy difícil estar centrado en lo único realmente importante. Yo quiero hacer canciones sin pensar en singles, marketing ni playbacks chungos en Música sí, donde por cierto no me dejaron tocar en directo, así que deberían llamarlo Música no.
No quiero participar de esto. No creo que tenga nada que ver conmigo. No quiero salir en esa foto. Ante la posibilidad de firmar por otra compañía me vería en la obligación de renunciar a mi libertad. Y yo quiero que mi libertad sea el motor principal de actuación en mis próximos proyectos. No estoy resentido con la industria, simplemente no me veo dentro en ésas condiciones. Esto es lo que pienso y solo puedo defender mi postura desde la independencia. Así lo siento ahora y debo ser coherente. Si volviera a firmar con una multinacional estaría aceptando una serie de condiciones que en algunos puntos me parecen indignas y en otros directamente esclavistas.
En conclusión, voy a intentar editar mis propios discos, sin grandes pretensiones, con el espíritu de un artesano que pule sus propias piezas y las vende en su pequeña tienda. Algo sencillo. Mi equipo está conmigo, aunque me avisen del golpe que me van a dar. No pienso en las consecuencias, no escucho a los que me dicen que no es lo más inteligente. Para mi lo más inteligente es hacer lo más coherente. No me importa que me veten, que me nieguen ciertos medios, porque no me da ningún miedo acabar tocando en el metro o en la calle, siempre habrá alguien que quiera escuchar una canción, ¿o no? Nos educaron con la idea equivocada de relacionar músico con millonario, si no vendes mucho, o si no te venden mucho, sobrevuela la idea del fracaso. No hay que llegar a ningún sitio. Para mí el único fracaso sería hacer una puta mierda de disco.
A partir de ahora algunas cosas van a ser más difíciles, ni soy empresario ni quise serlo nunca. No pienso en grandes objetivos. Voy a necesitar mucha ayuda para sacar adelante este nuevo proyecto. Usaremos la imaginación. Nuevas vías para autogestionarnos y grabar música con calidad y sin interferencias. Desde la página web informaremos y pondremos música para que todo el que quiera pueda acceder a nuestra música. Abriremos un número de cuenta para que de manera voluntaria la gente que lo considere oportuno nos ayude al mantenimiento de la página, grabaciones, celebración de conciertos, proceso de creación, etc...
Paralelamente, y a partir de mañana mismo empezaremos a grabar el que será nuestro cuarto disco, que esperamos esté listo el próximo mayo. La idea inicial es grabar en un formato básico, sencillo, acústico, con canciones sostenidas con voz y/o guitarra acústica, con la intención de llevar esta gira al estudio de grabación. Tal vez haya tomas de directo de estos conciertos de Peleando a la contra. Seguiré tocando hasta final de junio y después de presentar el disco, he sido invitado a unirme a la gira del gran Joaquín Sabina abriendo sus conciertos en este mismo formato acústico. Todos entenderéis la emoción que supone esto para mi. Supone un regalo y un premio para todos los que me habéis apoyado de una manera u otra estos últimos cinco años.
No sé si era necesaria o no esta especie de declaración de intenciones y principios, yo lo he hecho por respeto a la gente que, como dice Tom Petty, todavía le importa un poco más la música que el dinero.
A partir de hoy estamos en otro sitio. Será más complicado venir a vernos, encontrarnos, pero te aseguro que vamos a seguir escribiendo, grabando y tocando canciones. Navega por internet, echa un vistazo a la guía de conciertos de tu ciudad, sal a la calle. Ahí seguiremos. Peleando a la contra."
PLUS.ES, 10 de abril de 2003
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Quique González - músico (09/04/2003)
Peleando a la contra
«En un artículo sobre Luis Cernuda, el poeta granadino Luis García Montero venía a decir que en un mundo en el que todo es fácilmente homologable, incluso las personas somos susceptibles de ser carne de hipermercado, así que es muy importante que predomine la conciencia individual sobre el pensamiento globalizador. En estos días, tratar de seguir tu propio camino, de ser coherente con tus convicciones, se convierte precisamente en la única manera de actuar en el mundo en un sentido global. Yo siempre he encontrado respuestas en poetas como García Montero. Creo en él.
Al comenzar a escribir este escrito me preguntaba cómo había llegado hasta éste punto y el origen y el fondo lo he encontrado en ese artículo que leí en Cadaqués en septiembre, después de grabar Pájaros mojados.
La música está perjudicada por el sistema. Hemos llegado a una situación en la que la falta de respeto, la comercialización salvaje y la falta de escrúpulos hacen difícil encontrar algo de verdad en el panorama. Hoy sería muy difícil para mi hallar los referentes artísticos que me hicieron agarrarme al sueño de ser músico. Nunca entendí la música como una competición. Ahora tenemos una generación entera que ha concebido la música como una carrera de caballos. Así es imposible construir nada. Ya está podrido de raíz. Yo quise ser músico porque me volvían loco las canciones que escuchaba. cuando me empezaron a gustar las que escribía me puse a tocar sólo en bares. Ocho años después me he encontrado con la esencia de mi oficio al volver a hacerlo. Por primera vez siento que me gano la vida dignamente como músico. Llevo tres meses en la carretera, viajo con mi teclado y mi guitarra. Nunca había aprendido tanto. He tenido mucho tiempo para pensar, y después de abandonar mi compañía de discos por voluntad propia, repaso mi experiencia en la industria y desde que grabé mi primer disco, Personal, en el 98, he pasado por ser una promesa, un desecho, un retorno esperanzador y una tercera oportunidad.
Desde el principio intenté ganarme el respeto y soy de los que puede decir que ha grabado siempre las canciones que ha querido, con la gente que yo he elegido para trabajar. Estaría bueno. En el primero se pasaron para decir que íbamos a vender 400.000 copias (vendimos cinco mil), el segundo lo grabamos en una habitación de 4m2 en casa de Carlos Raya. Se lo dimos hecho. En el tercero el director artístico de la compañía sólo dejó dos botellas de champán en el congelador. Todos los gastos de grabación corrieron a cuenta de mis royalties, es decir yo pagué por un disco que como los otros ahora es propiedad de gente que ni siquiera conozco. ¿Alguien estaría dispuesto a pagar por algo que nunca va a ser suyo?
Nuevos contratos creativos. Es verdad que pude no haber firmado ése contrato, pero ya estábamos a mitad de la grabación y quise mantener los compromisos con mi equipo y el concepto inicial del disco. Se puede comprobar.
Con mi anterior compañía las he visto de todos los colores. Han llegado a regalar mis discos sin darse cuenta. He sentido que me sacaban la navaja al señalarme con el dedo una cláusula del contrato. Siempre he trabajado para ellos con dignidad y profesionalidad. He sido exigente pero no me considero un tipo conflictivo. Y me tomo mi trabajo muy en serio. No quiero estar a hostias todo el día con una compañía, pero si ves que te la están colando siempre, se te hace muy difícil estar centrado en lo único realmente importante. Yo quiero hacer canciones sin pensar en singles, marketing ni playbacks chungos en Música sí, donde por cierto no me dejaron tocar en directo, así que deberían llamarlo Música no.
No quiero participar de esto. No creo que tenga nada que ver conmigo. No quiero salir en esa foto. Ante la posibilidad de firmar por otra compañía me vería en la obligación de renunciar a mi libertad. Y yo quiero que mi libertad sea el motor principal de actuación en mis próximos proyectos. No estoy resentido con la industria, simplemente no me veo dentro en ésas condiciones. Esto es lo que pienso y solo puedo defender mi postura desde la independencia. Así lo siento ahora y debo ser coherente. Si volviera a firmar con una multinacional estaría aceptando una serie de condiciones que en algunos puntos me parecen indignas y en otros directamente esclavistas.
"A partir de ahora (...) Usaremos la imaginación. Nuevas vías para autogestionarnos y grabar música con calidad y sin interferencias. Desde la página web informaremos y pondremos música para que todo el que quiera pueda acceder a nuestra música"
En conclusión, voy a intentar editar mis propios discos, sin grandes pretensiones, con el espíritu de un artesano que pule sus propias piezas y las vende en su pequeña tienda. Algo sencillo. Mi equipo está conmigo, aunque me avisen del golpe que me van a dar. No pienso en las consecuencias, no escucho a los que me dicen que no es lo más inteligente. Para mi lo más inteligente es hacer lo más coherente. No me importa que me veten, que me nieguen ciertos medios, porque no me da ningún miedo acabar tocando en el metro o en la calle, siempre habrá alguien que quiera escuchar una canción, o no? Nos educaron con la idea equivocada de relacionar músico con millonario, si no vendes mucho, o si no te venden mucho, sobrevuela la idea del fracaso. No hay que llegar a ningún sitio. Para mi el único fracaso sería hacer una puta mierda de disco.
A partir de ahora algunas cosas van a ser más difíciles, ni soy empresario ni quise serlo nunca. No pienso en grandes objetivos. Voy a necesitar mucha ayuda para sacar adelante este nuevo proyecto. Usaremos la imaginación. Nuevas vías para autogestionarnos y grabar música con calidad y sin interferencias. Desde la página web informaremos y pondremos música para que todo el que quiera pueda acceder a nuestra música. Abriremos un número de cuenta para que de manera voluntaria la gente que lo considere oportuno nos ayude al mantenimiento de la página, grabaciones, celebración de conciertos, proceso de creación, etc...
Paralelamente, y a partir de mañana mismo empezaremos a grabar el que será nuestro cuarto disco, que esperamos esté listo el próximo mayo. La idea inicial es grabar en un formato básico, sencillo, acústico, con canciones sostenidas con voz y/o guitarra acústica, con la intención de llevar esta gira al estudio de grabación. Tal vez haya tomas de directo de éstos conciertos de Peleando a la contra. Seguiré tocando hasta final de junio y después de presentar el disco, he sido invitado a unirme a la gira del gran Joaquín Sabina abriendo sus conciertos en este mismo formato acústico. Todos entenderéis la emoción que supone esto para mi. Supone un regalo y un premio para todos los que me habéis apoyado de una manera u otra estos últimos cinco años.
No se si era necesaria o no esta especie de declaración de intenciones y principios, yo lo he hecho por respeto a la gente que como dice Tom Petty, todavía le importa un poco más la música que el dinero.
A partir de hoy estamos en otro sitio. Será más complicado venir a vernos, encontrarnos, pero te aseguro que vamos a seguir escribiendo, grabando y tocando canciones. Navega por internet, echa un vistazo a la guía de conciertos de tu ciudad, sal a la calle. Ahí seguiremos. Peleando a la contra».