El PSOE exige una auditoría externa sobre la confidencialidad de los "e-mail" de sus congresistas (EL MUNDO)

MADRID.- El PSOE ha exigido la realización de una auditoría «externa e independiente» sobre la seguridad y confidencialidad de los recursos informáticos que utilizan todos los grupos políticos en el Congreso, ante las «extrañas difunciones» que ha detectado en correos electrónicos relativos a encuestas electorales del PSOE y documentos internos, según confirmaron a EL MUNDO fuentes socialistas. La petición fue presentada ayer por el PSOE en el registro del Congreso, por la secretaria general del Grupo Socialista, María Teresa Fernández de la Vega, y dirigada a la Mesa Según las fuentes consultadas, el PSOE lleva dos años de forma interna y privada mostrando a la presidenta de la Cámara Baja su preocupación ante algunos indicios, que le hacen temer que existen problemas en torno a «la seguridad y la inviolabilidad de las informaciones y de las comunicaciones en soporte informático» que utiliza el Grupo Parlamentario Socialista. Dichas quejas provocaron una reunión entre la directora de Asuntos Económicos de la Secretaría General del Congreso, el coordinador del centro informático y, además, otras personas el Grupo Parlamentario Socialista. Sin embargo, a juicio del PSOE, dicha reunión no resultó efectiva, «sobre todo a la vista de los resultados dos años después», se afirma en el escrito. Reciente denuncia Por ello, los socialistas han dado este paso que, según algunas fuentes, está también motivado por la reciente denuncia hecha por el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, relativas a escuchas telefónicas en la Cámara Baja (ver información adjunta). El PSOE, que asegura que su iniciativa no trata de acusar a nadie de nada ni de sembrar sospechas, sí entiende que en el Congreso «es mucho lo que queda por avanzar en cuestiones tan básicas como la garantía de las comunicaciones informáticas o la garantía de la confidencialidad y seguridad de los documentos y ficheros» que se manejan. En este sentido, en el escrito se avisa que es inexplicable «cómo transcurridos casi cuatro años no se aplique en el Congreso el Real Decreto-Ley 14/1999 sobre la firma electrónica». Por todo ello, el escrito presentado solicita a la Mesa de la Cámara «la realización de una auditoría externa e independiente que aborde todos los problemas de la informática en el Congreso de los Diputados y, de manera especial, los relativos a la seguridad de los recursos informáticos y con la optimización de esos mismos recursos». Las fuentes consultadas por EL MUNDO informaron de que desde octubre de 2000 se han comunicado a la Cámara «algunos incidentes» informáticos. Estos incidentes, al parecer, están directamente vinculados a los correos electrónicos que reciben los diputados y su contenido.Algunos no han llegado y otros han llegado días después. El PSOE, según las citadas fuentes, ha tenido diversas «incidencias informáticas» con correos electrónicos referidos a encuestas del partido, a documentos internos, etcétetera. Incluso, varios diputados, han querido presentar denuncias en los juzgados por dichos incidentes, y han sido disuadidos por la dirección del Grupo Parlamentario Socialista para que no lo hicieran e intentar arreglarlo por una vía institucional. De hecho, en el propio escrito registrado por el PSOE se pide que de aprobarse la auditoría externa pedida se cuente, además de con los servicos de la Cámara, con diputados, los grupos parlamentarios y el personal a ellos asignados. Un servidor único Uno de los problemas que existe es que en el Congreso hay un solo servidor. Desde hace tiempo, los grupos piden un servidor propio para cada uno de ellos, donde canalicen sus propios correos electrónicos, información interna, accesos a su propia intranet, etcétera. Un diputado socialista explicó de forma gráfica este circunstancia.«No es lógico que Coca-Cola y Pepsi, o EL MUNDO y El País funcionasen con un servidor común, por muchas garantías que tuviesen». Además, según expertos consultados por este diario, el sistema informático del Congreso no está a día de hoy funcionando en ninguna empresa importante, donde hay muchas más garantías de control, seguridad, acceso a la red, etctéra. De hecho, el control que existe en todo el sistema informático en el Congreso es tan frágil, que hay casos de ordenadores de diputados que han estado abiertos para todo el que quisiera entrar en él, u otros parlamentarios que tienen su propio módem para conectarse, con el riesgo de virus u otros incidentes que podrían llegar al sistema de la Cámara Baja. Manuel Sánchez, Madrid EL MUNDO, 28 de marzo de 2003