Cuatro curas vizcaínos explican sus motivos para ir a las elecciones en las listas de PP y PSE-EE.
«En conciencia, no podemos atender con generosidad otras cuestiones mientras haya en nuestra sociedad mujeres y hombres que, para ejercer la acción política, tengan que estar sometidos indignamente a extraordinarias medidas de seguridad con grave riesgo para sus vidas y las de sus familias». Éste es el motivo por el que los curas vizcaínos Pablo Villaroel, Jesús Sánchez Maus, Antón Basagoiti y Luis Mari Vega han dado el paso de ir en las listas de PP y PSE-EE a los próximos comicios de mayo. Los tres primeros cerrarán las candidaturas socialistas en Leioa, Ermua y Elorrio, y el cuarto, la de los populares en Durango.
En nombre de los cuatro, Luis Mari Vega, sacerdote en las parroquias de Zorroza y Cruces y primo carnal del ertzaina Iñaki Totorika, asesinado en Hernani hace dos años, leyó ayer un comunicado en el que los sacerdotes explican las razones que les han llevado a tomar esta «excepcional decisión». Un gesto que, esperan, contribuya a producir un debate «profundo y sincero» en el seno de la Iglesia vasca acerca de la «grave quiebra de la convivencia democrática» que la violencia de ETA, «hoy por hoy el problema más importante que tenemos en el País Vasco», ha producido.
El texto se hace eco de las «reiteradas palabras de condena» del terrorismo que los prelados vascos han pronunciado en los últimos tiempos. No obstante, los curas entienden que «una parte importante de la ciudadanía en general y de la comunidad cristiana en particular, no ha percibido la cercanía, la compasión y la solidaridad que la Iglesia ha de mostrar a las principales víctimas de esta sangrante realidad», por lo que piden perdón públicamente. «Estamos convencidos -añaden- de que las víctimas siguen esperando ese apoyo incondicional, no sólo con palabras, sino sobre todo con gestos inequívocos, privados y públicos».
Como ya expusieron por carta y de palabra al obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, son conscientes de que, en una situación de normalidad, no corresponde a los sacerdotes entrar en política. Sin embargo, estiman que «la excepcionalidad del contexto» en el que se desarrolla la vida pública en Euskadi «apela a las conciencias con carácter extraordinario». Además, consideran que las próximas elecciones representan una ocasión precisa para expresar su solidaridad a las víctimas de una persecución que califican de «indecente, injusta e inhumana».
«La decisión de acompañar a los partidos socialista y popular en sus listas responde precisamente al intento de posicionarnos abiertamente como Iglesia al lado de los afectados en primera persona», explican. «Si hay que estar de parte de alguien, en coherencia con el seguimiento de Jesucristo, tiene que ser con quienes padecen el terrorismo y sus consecuencias, a pesar de los riesgos que ello conlleve».
Conversar con el obispo
Los firmantes del documento pasan de puntillas sobre las tensiones que su decisión ha generado en la diócesis bilbaína. Villaroel, Vega y Sánchez Maus evitaron polemizar con el Obispado y quisieron mantener en el ámbito privado el contenido de sus conversaciones con el obispo y los vicarios episcopales. No obstante, fuentes de toda solvencia aseguran que Ricardo Blázquez les pidió, en nombre de la comunión eclesial, que no dieran este paso. Desde las filas del PP y del PSE, el mensaje era ayer de agradecimiento hacia su gesto solidario.
Los presbíteros estuvieron arropados en su presentación ante la ciudadanía por una veintena de laicos, sacerdotes, teólogos y cristianos de base, entre los que se encontraban Carmen Bernabé, Pilar de Miguel, Juan Luis de León, Loli Asua, Florencio Ulibarri, Rafael Aguirre, Izaskun Saez de la Fuente y Mertxe Durán. Sin estar ayer presentes, también se sumaron a su gesto Víctor Urrutia, Imanol Zubero, Carlos García Andoain, Ana Zugaza y Xabier Etxeberria.
Luis Sala
EL CORREO, 15 de marzo de 2003
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Los curas que irán en listas de PP y PSE creen que la Iglesia vasca hace poco contra ETA (LA RAZÓN)
Estarán en los últimos puestos de las candidaturas y no harán campaña electoral.
Los cuatro sacerdotes de la diócesis de Bilbao que se presentarán en las listas del PP y del PSE de las próximas elecciones de mayo justificaron ayer su decisión en que lo hacen para manifestar públicamente su «solidaridad con las personas amenazadas» y para crear en el seno de la Iglesia vasca un debate sobre el papel que debe adoptar ante esa situación. Dicen que la ciudadanía no ha sentido la cercanía de la Iglesia hacia las víctimas.
Cuatro sacerdotes de la diócesis de Vizcaya, en un gesto valiente, se han ofrecido al PP y al PSOE para completar sus listas de cara a las elecciones del 25 de mayo. Sus nombres aparecerán en los últimos puestos y no participarán en la campaña electoral. Sin embargo, con su gesto pretenden mostrar su solidaridad con las formaciones que sufren a diario el terrorismo en el País Vasco y ofrecer el apoyo que no siempre ha ofrecido la Iglesia vasca a las víctimas.
La decisión de presentarse en las listas de ambas formaciones ha sido «adoptada tras semanas de reflexión». Asimismo, y aunque se presenten en las listas del PP y del PSE, aclararon que no tienen relación con ningún grupo u organización ya creada, «ni lo hacen por coincidencia con los planteamientos ideológicos de populares y socialistas».
El texto leído por los cuatro sacerdotes comienza destacando el que consideran «encomiable» y «heroico aguante» de los ciudadanos de opciones políticas no nacionalistas, que en los últimos años «han plantado cara al terrorismo» y han resistido «a la tentación de la venganza». Para los cuatro curas, la postura de la Iglesia en el País Vasco con respecto al terrorismo no ha sido suficiente.
Falta de solidaridad
En este sentido, los sacerdotes destacaron que, si bien la Iglesia «ha tenido reiteradas palabras de condena para la violencia terrorista», una parte de la ciudadanía «no ha percibido en ello la cercanía, la compasión y la solidaridad que la Iglesia ha de mostrar a las principales víctimas de esta sangrante realidad». Ante dicha situación, añadieron que «no podemos menos que pedir perdón» y, por ello, adoptaron la decisión de ofrecerse para completar las listas de ambos partidos cuyos representantes están amenazados, «como acto público necesario, como gesto» para expresar «esa solidaridad afectiva y efectiva con quienes son, principalmente, víctimas de esa indecente, injusta e inhumana persecución».
Los sacerdotes añadieron que la decisión de «acompañar» en las listas a populares y socialistas «respondía al intento de posicionarse abiertamente como Iglesia al lado de los afectados en primera persona» y compartir con ellos «algunos de los peligros con los que conviven» y pretenden también que con su iniciativa surja «un debate profundo, sincero, libre y abierto en el seno de la Iglesia acerca de lo que debemos hacer ante la gravedad de lo que está pasando».
E. Mejuto
LA RAZÓN, 15 de marzo de 2003
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El nuevo compromiso de la Iglesia (ABC)
La decisión de cuatro sacerdotes de sumarse a las listas del PSE y del PP tiene un gran valor simbólico, sobre todo en lo que se refiere al papel de la Iglesia en el problema vasco, pero también en relación con toda la movilización social contra el terrorismo.
Respecto a la Iglesia, quizá uno de los lamentos más repetidos en los últimos años ha sido el de la decepción de muchos ciudadanos por las posiciones de una buena parte de la Iglesia vasca. Por su silencio frente al terrorismo, o, lo que es peor, por algunas posturas «dialogantes» y comprensivas hacia el entramado del terror.
Pero la decisión de estos sacerdotes nos indica que también en la Iglesia vasca hay una reacción frente al silencio y las comprensiones. La labor del Foro El Salvador, o la postura de Jaime Larrinaga han representado en los últimos meses el sentido de esa reacción, y la decisión de Jesús Sánchez Maus, Pablo Villaroel, Antón Basagoiti y Luis María Vega supone una confirmación de esa nueva movilización de la Iglesia, tan esperada, sobre todo entre los creyentes vascos.
Por otra parte, hay que entender este nuevo compromiso en el contexto de la evolución de la movilización social contra el terrorismo. Y es que el rasgo más significativo de esa movilización es que gana adeptos día a día. La radicalización del nacionalismo, o la extensión de los mecanismos del terror al conjunto de la sociedad, tiene sus contrapartidas esperanzadoras. Muy especialmente, la creciente fortaleza de los movimientos cívicos, movimientos en los que la Iglesia, antes casi ausente, comienza a tener el protagonismo que tanto se echaba de menos.
Edurne URIARTE
ABC, 15 de marzo de 2003
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Los sacerdotes vascos que irán en las listas del PP y PSE piden perdón por la actitud de sus obispos con los amenazados (ABC)
Consideran que las próximas elecciones son un momento oportuno para expresar la solidaridad efectiva con quienes sufren la persecución del terrorismoBILBAO. Los cuatro sacerdotes vascos que irán en los últimos lugares de candidaturas del PSE y del PP en las próximas elecciones anunciaron ayer que lo que pretenden es «mostrar cercanía con las personas amenazadas» y provocar un «debate profundo, sincero, libre y abierto en el seno de la Iglesia acerca de lo que debemos de hacer ante la gravedad de lo que está pasando» en el País Vasco. Explicaron que los comicios se presentan como «pertinentes para expresar esa solidaridad afectiva y efectiva con quienes son principalmente víctimas de esa indecente, injusta e inhumana persecución, que alcanza su máxima expresión en el asesinato».
A los sacerdotes que ayer tuvieron el valor de dar el paso al frente para entrar con todas las consecuencias en el mundo de los amenazados por ETA no les interesa la política, sino el mensaje del Evangelio, según dejaron claro ayer en su presentación en un local del Casco Viejo bilbaíno que también acoge actos a los que suelen acudir los que amenazan.
A cara descubierta, en una sociedad aletargada por el miedo, estos sacerdotes vascos hicieron el gesto público de colocarse en el lado de las víctimas, un gesto que consideran que no ha hecho hasta ahora la Iglesia vasca, por lo que «en lo que nos puede tocar, no podemos por menos que pedir perdón», señalaron.
Consideran estos sacerdotes que la Iglesia Católica del País Vasco ha tenido reiteradas palabras de condena para la violencia terrorista, pero que «una parte importante de la ciudadanía en general y de la comunidad cristiana en particular, no ha percibido en ello la cercanía, la compasión y la solidaridad que la Iglesia ha de mostrar a las principales víctimas de esta sangrante realidad».
Luis Mari Vega Castresana, primo de Iñaki Totorika, el ertzaina asesinado por ETA en Hernani, ejerció de portavoz de los cuatro sacerdotes, que aseguraron haber tomado decisiones individuales, aunque previamente consultaran durante las últimas tres semanas a muchos compañeros curas y «personas diversas y significativas de las comunidades en las que servimos y de la Iglesia Diocesana de Bilbao».
No van a formar ningún grupo, ni pretenden tener relación con ninguno ya formado, como el Foro de El Salvador, al que pertenece el párroco de Maruri, Jaime Larrínaga, pero aseguran que no están solos en el planteamiento de que la Iglesia vasca tiene que hacer algún gesto público, como han hecho ellos, a favor de las víctimas.
Ayer en la presentación había otros sacerdotes como Rafael Aguirre, Catedrático de Teología de la Universidad de Deusto, quien manifestó a ABC que apoyaba «un gesto de enorme valor que habla por sí mismo», y también laicos como Izaskun Sáez de la Fuente, doctora en Ciencia Política por la Universidad del País Vasco.
Antes de hacer pública su iniciativa, estos sacerdotes vascos han mantenido «varias conversaciones» con el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, cuyo contenido no quisieron hacer público ayer. Prefirieron ahondar en su decisión de acompañar al Partido Socialista y al Partido Popular en sus listas, que responde, según dijeron, «al intento de posicionarnos abiertamente como Iglesia al lado de los afectados en primera persona», «compartiendo con ellos algunos de los peligros con los que conviven».
Estos sacerdotes son conscientes de que «en una situación de normalidad no nos corresponde entrometernos en el espacio público reservado a la legítima actividad política», pero entienden que «la excepcionalidad del contexto en el que se sitúa la convivencia en el País Vasco apela a las conciencias con carácter extraordinario».
La comparecencia pública de ayer será la primera y la última de estos sacerdotes, cuyo compromiso no es político, por lo que no tienen ninguna intención de participar en campañas electorales. «Nos presentamos -dijeron- ante la opinión pública desde un planteamiento de conciencia, que tiene su motivación principal en nuestra propia vocación de servicio a la Iglesia y a la sociedad en la que se quiere anunciar la buena noticia del Evangelio de Jesús».
M. Alonso
ABC, 15 de marzo de 2003
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De las «consecuencias sombrías» al compromiso con los amenazados (ABC)
MADRID. La voluntad de los cuatro sacerdotes vizcaínos de aparecer en las listas de socialistas y populares, a la que en los próximos días se sumarán otras candidaturas de intelectuales católicos, vuelve a poner sobre el papel el compromiso de la Iglesia vasca con las víctimas del terrorismo, una polémica que arrancó a finales del pasado mes de mayo, cuando los obispos de las diócesis vascas hicieron pública la pastoral «Preparar la paz». En la misma, tras solidarizarse con «los concejales del PP y del PSOE, quienes se encuentran en el punto de mira de los atentados», criticaban la ilegalización de Batasuna por las «consecuencias sombrías» para la paz que acarrearía, «sean cuales fueren las relaciones existentes entre Batasuna y ETA».
Al momento, tanto el Gobierno como las asociaciones de víctimas protestaron por lo que consideraron una «toma de postura de la Iglesia con los asesinos», exigiendo a los obispos vascos una rectificación que nunca se produjo. La polémica se agrandó cuando 358 sacerdotes, pertenecientes a la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, publicaron un escrito en el que reivindicaban el derecho a la autodeterminación, aunque pareció aplacarse tras la llamada a consultas al Nuncio de Su Santidad, Manuel Monteiro de Castro, quien reconoció «aspectos de inoportunidad» en la pastoral.
Por su parte, el Foro El Salvador (que aglutina a sacerdotes y religiosos no nacionalistas), tras las amenazas a su presidente, Jaime Larrínaga, acusó a los obispos vascos de «ser pieza en el engranaje del programa soberanista y excluyente del nacionalismo» y de no hacer más clara la frontera entre víctimas y verdugos.
A finales de noviembre, casi seis meses después de la polémica pastoral, la Conferencia Episcopal aprobaba la instrucción pastoral «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias», donde condenaba el terrorismo como estructura de pecado y descalificaba «a quienes arropan, encubren o silencian los crímenes terroristas», al tiempo que pedía un compromiso preferencial por las víctimas, en todas las facetas de la vida social. Incluso, como acaban de demostrar Luis Mari Vega, Pablo Villaroel, Jesús Sánchez Maus y Antón Basagoiti (y antes Larrínaga, invitado por su obispo a no asumir protagonismos de este tipo), en la política.
Jesús Bastante
ABC, 15 de marzo de 2003
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Los curas que irán en las listas de PP y PSE pretenden crear un debate en la Iglesia vasca.
Los cuatro sacerdotes de la diócesis de Bilbao que se presentarán en las listas electorales del PSE y del PP han afirmado hoy que lo hacen para manifestar públicamente su solidaridad con las personas amenazadas y para crear en el seno de la Iglesia vasca un debate acerca del papel que debe adoptar ante esa situación.
Los presbíteros se presentaron esta mañana en Bilbao en una comparecencia ante los medios en la que leyeron un comunicado para justificar su decisión, "adoptada tras semanas de reflexión de manera particular", y aclararon que no tienen relación con ningún grupo o organización ya creada, ni lo hacen por coincidencia con los planteamientos ideológicos de populares y socialistas.
El texto comienza destacando que "es encomiable el heroico aguante" de los ciudadanos de opciones políticas no nacionalistas, que en los últimos años "han plantado cara al terrorismo" y que han resistido "a la tentación de la venganza".
La Iglesia Católica del País Vasco "ha tenido reiteradas palabras de condena para la violencia terrorista", pero, añaden, una parte de la ciudadanía "no ha percibido en ello la cercanía, la compasión y la solidaridad que la Iglesia ha de mostrar a las principales víctimas de esta sangrante realidad", consideran los sacerdotes.
Ante dicha situación, "no podemos menos que pedir perdón" y, por ello, adoptaron la decisión de ofrecerse para completar las listas de ambos partidos cuyos representantes están amenazados; "como acto público necesario, como gesto" para expresar "esa solidaridad afectiva y efectiva con quienes son, principalmente, víctimas de esa indecente, injusta e inhumana persecución".
Posicionamiento "en primera persona"
Añaden que la decisión de "acompañar" en las listas a populares y socialistas "responde precisamente al intento de posicionarnos abiertamente como Iglesia al lado de los afectados en primera persona" y compartir con ellos "algunos de los peligros con los que conviven". Estos cuatro sacerdotes pretenden también que con su iniciativa surja "un debate profundo, sincero, libre y abierto en el seno de la Iglesia acerca de lo que debemos hacer ante la gravedad de lo que está pasando".
El texto concluye aclarando que no buscan que se les identifique con la visión política de un partido concreto, sino que han dado ese paso "en coherencia con el seguimiento de Jesucristo, que tiene que ser con quienes padecen el terrorismo y sus consecuencias, a pesar de los riesgos que ello conlleve".
El sacerdote que leyó el comunicado,
Luis Mari Vega, es cura en las parroquias de
Zorroza (Bilbao) y
Cruces (Barakaldo) y se presentará en la lista del PP de Durango, donde en julio del 2000 fue asesinado el concejal de dicha formación José María Pedrosa. Junto a él,
Pablo Villaroel, que ejerce en
Villaverde de Trucíos (Cantabria) y en
Trucíos (Vizcaya), irá en la lista del PSE por Leioa, donde varios concejales han sufrido graves ataques de violencia callejera; y
Jesús Sánchez Maus, que ejerce en
Portugalete, completará la candidatura socialista de Ermua, de donde se han ido varios concejales por amenazas. El cuarto sacerdote de esta iniciativa,
Antón Basagoiti Azpitarte, se encuentra en la actualidad trabajando en varios proyectos de evangelización en
Ecuador, por lo que no estaba presente en la comparecencia, y se presentará en la lista del PSE por Elorrio, "municipio con dificultades por la presencia de grupos de 'kale borroka'", según señalan.
EL CORREO, 14 de marzo de 2003
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Cuatro sacerdotes irán en las listas de PSE y PP en Elorrio, Lejona, Ermua y Durango (ABC)
Cuatro sacerdotes vizcaínos irán en el último lugar de las listas del PSE-EE y del PP en las localidades de Elorrio, Lejona, Ermua y Durango en las próximas elecciones municipales del 25 de mayo «en solidaridad con los partidos políticos amenazados por ETA». Este paso ha sido dado por
Jesús Sánchez Maus, párroco en Portugalete y hasta hace pocas fechas formador del seminario diocesano de Bilbao, quien irá en la lista de los socialistas en Ermua;
Pablo Villarroel, que cerrará la candidatura del PSE-EE en Lejona;
Antón Basagoiti, en la actualidad misionero diocesano en Ecuador y que durante diez años fue párroco en Guernica, que hará lo propio en Elorrio; y
Luis María Vega, que aparecerá en la lista del Partido Popular en la localidad de Durango. Este sacerdote es primo de Iñaki Totorica, ertzaina asesinado por ETA en Hernani (Guipúzcoa) hace ahora año y medio.
La decisión de estos cuatro sacerdotes, quienes según fuentes consultadas por ABC han contado con el apoyo de otros curas y de parte de la curia diocesana, viene motivada por la necesidad de «hacer un gesto de Iglesia a favor de los amenazados, en especial procedentes de estos dos partidos». Se trata de curas jóvenes (rondan los 40 años), y su testimonio «marca una cierta línea entre los sacerdotes que se ordenaron antes de la Transición y aquellos que lo hicieron en los últimos años».
Según populares y socialistas, la iniciativa ha surgido de estos sacerdotes, y ha sido acogida con alborozo por parte de los sectores cristianos de ambas formaciones políticas. Aunque se trata de una presencia testimonial, supone el primer paso de lo que se espera «un nuevo compromiso» de la Iglesia vizcaína respecto a las víctimas del terrorismo. «Este hecho refleja un gesto de Iglesia en su conjunto, que es muy importante y que tendrá fuertes repercusiones en los fieles», aseguraron estas fuentes. De hecho, el paso al frente dado por estos sacerdotes -al que hay que sumar el pronunciamiento de varios curas, quienes en sus homilías han instado a los fieles laicos a sumar sus nombres a las candidaturas de PP y PSE en aquellos lugares donde la amenaza terrorista impidiera cerrar las lista- vendrá secundado por la presencia de significados católicos (algunos de ellos profesores de Teología y Religión en Deusto y diversos colegios) en algunas listas electorales.
Antes de hacer pública su decisión, los cuatro sacerdotes plantearon su deseo de realizar este testimonio tanto al obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, como al Consejo Episcopal de la diócesis. En este punto, cabe destacar que, siguiendo el canon 1371 del Derecho Canónico, Blázquez podía haber prohibido a los curas aparecer en las listas. No obstante, y tras consultas personales con cada uno de ellos, el obispo les indicó que respetaba su toma de postura en cuanto «decisión en conciencia», si bien entendía que este tipo de presencia corresponde más a un laico que a un sacerdote. Del mismo modo, monseñor Blázquez subrayó su apoyo a que haya laicos que se presenten en las listas de los partidos amenazados por ETA.
Jesús Bastante
ABC, 14 de marzo de 2003
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PP y PSE agradecen el «apoyo moral» de los curas que se han ofrecido a ir en sus listas.
Populares y socialistas agradecieron ayer la iniciativa de cuatro sacerdotes vizcaínos que se han ofrecido a ir en sus listas electorales en los próximos comicios de mayo por lo que supone de apoyo de la Iglesia católica a los amenazados. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, lo calificó de «gesto sincero y de buena voluntad» con los partidos que están en el disparadero de los terroristas, y agradeció el compromiso de los presbíteros «con los que sufren, con los cargos políticos amenazados y con los que ponemos las víctimas en esta tierra».
Por su parte, el portavoz parlamentario del PSE-EE, Rodolfo Ares, manifestó que su partido estará «encantado» de que sacerdotes vizcaínos formen parte de sus listas electorales. «Se lo agradecemos muy sinceramente por lo que significa de gesto solidario del conjunto de la Iglesia católica con unos partidos que estamos pasando por momentos muy difíciles, que sufrimos la coacción y el asesinato en nuestras filas», señaló.
Ares evitó opinar sobre las tensiones que la decisión de este grupo de religiosos ha generado en el seno de la Iglesia vizcaína, pero valoró que muchos católicos vascos den el paso de ir en las listas socialistas, lo que «demuestra claramente, no sólo un signo de solidaridad y apoyo, sino también una forma de reforzar la democracia» en Euskadi.
En este sentido, indicó que «mucha gente ha entendido que las dificultades que podemos tener los socialistas, el Partido Popular o Unidad Alavesa para formar listas en el País Vasco, no son sólo problemas de esos partidos, sino que es algo que afecta a todos los demócratas, a toda la sociedad de bien y especialmente a los gobiernos».
Por ello, pidió a los ejecutivos vasco y central que, «dado que no vamos a poder competir en igualdad de condiciones con los nacionalistas», adopten todas las medidas necesarias para que los concejales de PP y PSE-EE lo hagan al menos «en las mejores condiciones».
Tres de los cuatro curas que se han ofrecido a los partidos constitucionalistas -el cuarto está en Ecuador, aunque se mantiene en contacto permanente con el resto a través del correo electrónico- leerán hoy en Bilbao el comunicado en el que informan de su iniciativa solidaria, arropados por cristianos de base y teólogos.
L. Sala
EL CORREO, 14 de marzo de 2003
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El obispo de Bilbao recuerda a sus sacerdotes que no pueden ser candidatos políticos.
BILBAO, 13 marzo 2003 (ZENIT.org).- Cuatro sacerdotes de la diócesis de Bilbao han anunciado su intención de integrarse en las listas que el Partido Popular y el Partido Socialista del País Vasco de cara a las próximas elecciones municipales.
El objetivo de los presbíteros no es el de iniciar una carrera política, sino mostrar la solidaridad de la Iglesia con los políticos amenazados por la banda terrorista ETA, pues, de hecho, a esos partidos, les resulta difícil ahora encontrar candidatos disponibles.
El obispado de Bilbao, sin embargo, ha dado a entender que no aprueba la decisión de los cuatro sacerdotes. Aunque no han querido manifestarse al respecto, fuentes del episcopado han remitido al discurso que pronunció monseñor Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao, el pasado 25 de noviembre ante el consejo presbiteral.
En aquella ocasión, monseñor Blázquez incidió en la importancia de la comunión eclesial en la Iglesia, que debe primar sobre cualquier opción política.
«Seguramente apreciamos tanto más la unidad eclesial cuanto más probada y laboriosa resulta; también tenemos la experiencia de que la unidad fortalece y consuela, y en cambio la división debilita y enoja. Merece la pena que hagamos todos los esfuerzos por la concordia interna y visible», afirmó el prelado.
«En nuestra diócesis, y más o menos en nuestras parroquias, hay cristianos con diversas opciones culturales, políticas y sociales, que son en principio legítimas», observó monseñor Blázquez. «La unidad de la Iglesia no se asienta en la ideología de un partido o de un sindicato, ni en una sensibilidad cultural», apostilló.
Monseñor Blázquez pidió que «nada recorte nuestra pertenencia universal». «¡Que todos nos puedan considerar confiadamente como sus sacerdotes! Debemos evitar en nuestra predicación, en los encuentros de formación, en los escritos pastorales y en otras intervenciones públicas como sacerdotes caer en posturas partidistas», prosiguió.
El prelado también citó la «Gaudium et Spes» en su número 43: «La misión propia que Cristo confió a su Iglesia no es de orden político, económico o social; el fin que le asignó es de orden religioso».
Por otra parte, Rafael Higueras, canonista del obispado de Jaén, recuerda que «el canon 285 del Código de Derecho Canónico da, entre las actividades prohibidas a los clérigos (párrafo tercero), los ejercicios de potestad civil, dentro de lo que se incluye toda actividad de representación política. Además no existe dispensa prevista para esta prohibición, de manera que el único que podría levantarla es el propio legislador, es decir, el Papa, y no un obispo».
Respecto a la valoración de este gesto de los sacerdotes como acto de solidaridad hacia las víctimas de la violencia en el País Vasco, Higueras comenta: «Es laudable la intención y hay que solidarizarse sin duda alguna, pero el fin no justifica los medios. Este tipo de actuación política es propio de los seglares, y no del estado clerical. Lo que debemos hacer los sacerdotes es animar, y no sustituir, a los fieles laicos a que asuman esa responsabilidad, que sí es propia de su estado».
ZENIT.org, 13 de marzo de 2003