«La televisión anestesia mucho a niños y mayores» (GARA)

El pediatra Francisco Muñoz recomienda «a todo el mundo», sea cual sea su edad, que vea la televisión «con espíritu crítico», ya que es un medio que «anestesia mucho». Habla, incluso, de pereza mental o paresia como síntoma que aparece ante un medio audiovisual que no exige «ningún tipo de esfuerzo mental». No obstante, no deja de recalcar que, con un buen uso, la televisión puede ser «un formidable instrumento». ¿Cómo hay que sentarse delante del televisor? Recomendaría a todo el mundo que viera la televisión con espíritu crítico, tanto a los niños como a los adultos, porque es un medio que anestesia mucho. El niño que está viendo la televisión obtiene sin hacer ningún tipo de esfuerzo estímulos visuales y sonoros y se queda como hipnotizado, por lo que un abuso puede causar pereza mental o paresia. Lo mismo les pasa a muchos adultos, que se quedan como enganchados. ¿Cómo conseguir que un niño tenga espíritu crítico? Los padres tienen que enseñar a sus hijos qué deben ver en televisión cuando son pequeños y consensuar los programas cuando son más mayores. La escuela también debe participar en el aprendizaje de los medios audiovisuales, ya que los niños tienen que aprender cómo ver la televisión, hay que inculcarles un espíritu crítico por medio de la educación. ¿Significa eso que el niño no debe ver la televisión solo? Nunca. Ver la televisión en solitario es totalmente negativo para el niño. El niño precisa de la compañía de un adulto para juzgar lo que está viendo, para que le explique lo que está viendo. De lo contrario, no puede diferenciar realidad de ficción y tiende a imitar lo que ve en televisión. ­Aun con espíritu crítico, ¿tiene un niño dónde elegir? Las cadenas de televisión deberían competir en la emisión de programas de calidad para ganar audiencia y abandonar la táctica de contraprogramación subcultural en la que se han instalado. La salud mental de los televidentes, sobre todo la de los más jóvenes, saldría muy beneficiada. Las cadenas compiten, precisamente, en lo que no nos interesa que compitan. ­Sin embargo, esos programas en los que compiten cuentan con audiencias masivas. Estamos asistiendo a un descenso paulatino en el nivel de exigencia, a un conformismo nada positivo, desde el punto de vista cultural y formativo, para niños y adolescentes. Hablan de audiencias masivas y, muchas veces, te cuentan como una persona aficionada a ese programa, como parte de esa audiencia, cuando eres un resignado que, por no irse a la cama a las diez de la noche, está viendo un programa que no le gusta nada. Eso no es calidad de programación. ­¿Qué opina del tipo de dibujo animado que tan en moda está hoy día? Son totalmente monstruosos, demasiado violentos. En muchos casos son peores para los niños que cualquier programa dirigido a personas adultas. Además, el niño cree todo lo que ve en los dibujos y si su querido personaje trata mal a su madre, él lo imita. ¿Tiene la televisión aspectos positivos? Siempre se habla de lo malo de la televisión. Los aspectos prosociales de la televisión están muy poco desarrollados y, sobre todo, muy poco comentados. Con un buen uso, la televisión puede ser un poderoso instrumento de enseñanza y aprendizaje en valores prosociales. Puede favorecer la ecucación, la cultura, el ocio, una conducta favorecedora de tolerancia, respeto y solidaridad e, incluso, es un instrumento de educación sanitaria. La televisión te da la oportunidad de conocer sitios y culturas que, de otra manera, nunca podrías conocer. Francisco Muñoz, Pediatra. GARA, 10 de marzo de 2003