Ruanda y la República Democrática de Congo firmaron el martes 30 de julio de 2002, un histórico acuerdo de paz. Detrás quedaron dos millones de muertos y un metal que financió gran parte de la guerra:
el coltan.
El coltan, abreviación de columbita y tantalita, es un mineral estratégico poco conocido importante para las nuevas tecnologías, sobre todo para los teléfonos móviles de última generación debido a la capacidad que tiene el metal para regular el voltaje y almacenar energía.
En Goma y Bukavu, en la región del Kivu en pleno corazón de la República Democrática de Congo, RDC, miles de niños y ex campesinos fueron forzados a trabajar en condiciones infrahumanas en minas de coltan a cielo abierto. Allí la guerrilla ruandesa controla y protege la explotación.
Los ex campesinos son forzados a trabajar en las minas.
Se cree que 10.000 mineros trabajan en la extracción del mineral. Según expertos de Naciones Unidas el Ejército Patriótico Ruandés montó una estructura para supervisar la actividad minera en la RDC y facilitar los contactos con empresarios y clientes del primer mundo.
Millones de dólares.
El tráfico ilegal de coltan representó para Ruanda en un momento de la guerra con la RDC, el ingreso, en sólo 18 meses, de 250 millones de dólares, cuatro veces su presupuesto anual en Defensa.
Se cree que las grandes empresas de alta tecnología pagan anualmente 6.000 millones de dólares por el mineral.
Éste se encuentra en países como Australia, Canadá o Brasil. Pero las mayores reservas mundiales están justo en la región de África Central, y más específicamente en la RDC.
Por ello la ONU no duda en afirmar que ese mineral financió la guerra y fue una de sus causas.
Daños al medio ambiente.
Además de las consecuencias desde el punto de vista humanitario, la explotación del también llamado "oro gris" está teniendo efectos desastrosos para el medio ambiente.
El mineral se encuentra a cielo abierto.
Las principales minas a cielo abierto, se encuentran en las inmediaciones del Parque Nacional de Kahuzi-Biega y en la Reserva de Vida Salvaje de Okapi, reconocidos por la Unesco como patrimonios de la humanidad.
Allí miles de personas se están asentado, alterando el equilibrio ecológico al talar árboles y matar animales salvajes para alimentarse.
BBC Mundo.