BARCELONA / LLEIDA. - El consumo de estupefacientes de diseño entre la juventud vuelve a disparar la señal de alarma. Josep Boquera, un joven andorrano de 19 años, falleció en la madrugada del sábado por una sobredosis de drogas de diseño -presumiblemente pastillas de éxtasis- en el Palau Sant Jordi. La víctima era uno de los miles de espectadores del Megaaplec Dance, un espectáculo de música tecnodisco al que según los organizadores -la cadena radiofónica Flaix FM- asistieron 15.300 personas.
La tragedia de Málaga -donde fallecieron dos jóvenes el pasado día 4 de marzo en similares circunstancias- volvió a vivirse durante la madrugada del sábado. Los servicios médicos del recinto atendieron en primera instancia a Josep Boquera, ya que mostró una repentina indisposición. Ante la gravedad del cuadro que presentaba, las asistencias médicas le trasladaron urgentemente al hospital Clínic, pero a los pocos minutos no logró superar la crisis e ingresó ya cadáver en el centro.
La sobredosis de estupefacientes de diseño es, según se desprende del cuadro médico que presentaba el joven, la causa de la muerte. De todos modos, un halo de incertidumbre rodeó durante el fin de semana y ayer lunes el caso del fallecimiento de Josep Boqueras. Los organizadores de la fiesta conocieron "por la llamada de la prensa" que uno de los asistentes a su espectáculo había fallecido, afirmó Miquel Calzada, director general de Flaix FM. La Guardia Urbana no fue alertada y tampoco los servicios de emergencia del 061. La razón concreta de la muerte del joven andorrano no se divulgó de manera oficial -ningún portavoz del hospital Clínic quiso informar-, aunque diversas fuentes consultadas aseguraron que el nivel de la sobredosis que provocó la muerte de Josep Boquera era muy elevado. De hecho, según las mismas fuentes, se hallaron en el cadáver restos enteros de pastillas estupefacientes.
La falta de información sobre el suceso alarmó también a las autoridades. Al cierre de esta edición, el Departament de Sanitat de la Generalitat y el Institut Municipal de Salut Pública del Ayuntamiento de Barcelona habían decidido crear una comisión de investigación para saber exactamente qué pasó en el festival de música tecno y cúales fueron los pasos que se siguieron hasta que el joven llegó al hospital ya muerto.
Miquel Calzada, conocido popularmente como "Mikimoto", se mostró ayer visiblemente afectado por la muerte de un joven en el espectáculo organizado por su cadena de radio. "Teníamos a muchas personas pendientes de la seguridad interior, por los pasillos, en los lavabos. Además, instalamos cinco arcos detectores de metales en la entrada al recinto. Eso provocó muchas colas pero nos dotaba de mayor seguridad", agregó. Además, según una nota del grupo Flaix, la alarma social que existe por el elevado consumo de drogas entre la juventud provocó que "la organización extremara la vigilancia". Según Calzada, "en ninguna de las cuatro ediciones anteriores del Megaaplec había pasado nada".
Asistentes al Megaaplec señalaron a este diario que en la fiesta pudo observarse, en principio, un consumo no excesivo de pastillas estupefacientes y que éste fue creciendo a medida que avanzaba la noche. De todos modos, "no era el prototipo de una fiesta pastillera", explicó un integrante de una de las entidades que trabajan contra el consumo de sustancias adictivas entre los jóvenes.
Esta misma fuente, presente durante la celebración del espectáculo tecnodisco, hizo hincapié en el notorio sistema de seguridad privada diseñado por los organizadores. Al parecer, había un triple cordón de seguridad -con cacheos incluidos a los asistentes- para evitar que se introdujeran sustancias estupefacientes en el recinto, según informa Luis Benvenuty.
En cualquier caso, controlar de manera concienzuda las sustancias que llevan encima los miles de asistentes a un acontecimiento como el celebrado en el Palau Sant Jordi parece casi imposible de llevar a cabo.
La muerte de Josep Boquera incrementa el cada vez más elevado número de víctimas por culpa de la ingestión de drogas. Según datos oficiales del 2001, el 41 por ciento de las muertes por sobredosis de toda España se concentra en Cataluña.
Respecto al consumo de estupefacientes en Cataluña, el 64 por ciento de las muertes relacionadas con las drogas corresponde a personas que ingirieron drogas sintéticas.
Los jóvenes son, precisamente, el grupo que sufre un mayor incremento de muertes entre el total de consumidores de drogas. Según datos hechos públicos en el 2001, el único grupo de la sociedad que sufría un incremento de víctimas mortales por consumo de estupefacientes era el de los menores de 20 años, el segmento al que pertenecían Josep Boquera y los dos jóvenes fallecidos en Málaga.