La Guardia Civil halla droga a dos escolares que participaban en una excursión.

El periódico El Ideal Gallego publicaba el 12 de mayo pasado, un editorial comentando la noticia de la Agencia EFE, en la que se mostraba cómo está circulando la droga entre jóvenes adolescentes. Es reveladora la noticia pues abre los ojos de padres y profesores, que suelen considerar que sus chicos nunca harían eso. EFE - Pontevedra. La Guardia Civil aprehendió a dos menores que participaban en una excursión escolar en autobús un "amplio surtido de drogas", y uno de ellos iba a actuar de "correo" en la compra de pastillas de éxtasis en Salou (Tarragona) por encargo de un adulto. El registro al que fueron sometidos los 79 alumnos por la Guardia Civil de Boiro y del que tuvieron conocimiento previo los padres y profesores, dio como resultado el hallazgo a los dos adolescentes de pastillas de éxtasis, cocaína y hachís. Según fuentes de la Guardia Civil, uno de ellos llevaba también 2.650 euros con la intención de adquirir en el viaje de 1.000 a 1.500 pastillas de éxtasis. El registro sorpresa fue acordado en una reunión previa con el consejo escolar formado por profesores, alumnos, padres y responsables municipales, y la Guardia Civil, que se encargó de diseñar el operativo policial. Dos de los menores participantes en la excursión a Salou y Barcelona, de 15 años, llevaban camufladas en sus ropas y enseres personales la droga y el dinero. A uno de éstos se le intervinieron siete pastillas de éxtasis, un gramo de cocaína y 2.650 euros. El dinero iba camuflado dentro de un bote de jabón líquido vacío. El otro portaba cinco pastillas de éxtasis y dos tacos de hachís con un peso de unos 50 gramos y tres porros listos para ser consumidos. Droga en las aulas. La aprehensión de droga oculta en los equipajes de varios jóvenes de Boiro, de sólo quince años de edad, y que partían hacia Cataluña en un viaje escolar muestra una realidad aterradora. Con demasiada frecuencia se denuncia la acción de los "camellos" en las proximidades de los centros de educación. Sin embargo, la realidad es que si los vendedores de droga acuden a esos puntos es porque, por desgracia, ya poseen clientela en las aulas. Además, en el caso de Boiro, la situación es más grave si cabe, puesto que uno de los menores portaba 2.650 euros -casi medio millón de pesetas-, facilitados por un adulto que pretendía utilizarlo de correo. Además, por la tarea recibiría 450 euros o cincuenta de las pastillas de éxtasis que debía transportar. También es evidente que el problema no se limita a las zonas urbanas. Nadie está libre de una plaga que, con la connivencia de todos, se mantiene como una verdad conocida pero impronunciable. Como si por no airear el problema fuera menos grave. Más allá de leyes sobre la calidad de la enseñanza, sería preciso luchar para evitar que los estupefacientes sean algo cotidiano para los adolescentes que, a tenor de las pruebas, no tienen ningún tipo de problema para acceder a las sustancias ilegales. Cocaína, hachís y éxtasis transportaban los dos menores de Boiro. Demasiada carga para dos chavales de sólo quince años.